Noticias de Chihuahua. –

El reportero Daniel Adrián García Villalba, de 32 años, apodado de cariño El Cabezón, fue asesinado a balazos hace una semana por elementos de la Dirección de Seguridad Pública Municipal (DSPM) afuera de un restaurante de mariscos en Chihuahua capital, ubicado en el cruce de la avenida Juan Escutia y la calle América Latina. De momento, la Fiscalía General del Estado ha guardado silencio en torno a lo sucedido. Sin siquiera mencionar su nombre, ni mucho menos su oficio, la única información que brindó se centra en que él, por razones aún desconocidas, inició una supuesta agresión en contra de los policías e hirió de gravedad a uno de ellos.

La cobertura en medios de comunicación se divide en tres enfoques: por una parte, unas notas, la inmensa mayoría, describen el enfrentamiento que un sujeto, sin aludir a Daniel Adrián, sostuvo con los municipales; otras más, de un número más reducido, lamentaron el fallecimiento, expresaron sus condolencias y cubrieron el velorio. Una sola nota, sin embargo, habla con más detalle de lo ocurrido: una publicada en el periódico digital Ocho Ochenta Noticias.

Escrita por un «reportero de policíacas», es decir, en calidad de anonimato, la redacción de Ocho Ochenta Noticias describe que, durante la tarde de aquel martes 12 de marzo, Daniel Adrián «protagonizó un atentado contra un Ministerio Público, desencadenando un caos que dejó [a] dos personas heridas». Reconstruyó los hechos a partir de información brindada por testigos. Horas más tarde, la Fiscalía Zona Centro emitió un comunicado al respecto, el único que, hasta ahora, han difundido las autoridades.

Con sus respectivas diferencias, las versiones del comunicado y la nota periodística comparten ciertas similitudes. Ambas establecen que los policías municipales, un número no especificado de ellos, se encontraban en el restaurante para atender una investigación, para entrevistar a una víctima de amenazas, cuando Daniel Adrián llegó a bordo de un scooter, y, «sin mediar palabra», les lanzó una bomba molotov, la cual, en palabras de la Fiscalía, «provocó lesiones por quemaduras a un policía […], en el brazo y en el rostro».

Enseguida, la Fiscalía describe que Daniel Adrián se dispuso a lanzar una segunda bomba, momento en que los policías le dispararon para repelir el ataque, «resultando herido el agresor». La nota de Ocho Ochenta Noticias, aspecto que omitió la Fiscalía, añade que los policías intentaron «calmar la situación», pero que él «extrajo un arma de fuego y disparó, alcanzando al funcionario y dejándolo herido». De nuevo, ambas versiones coinciden en que, ya controlada la situación, Daniel Adrián y el policía lesionado recibieron atención inmediata por paramédicos de la Cruz Roja. Los trasladaron de urgencia a un hospital cercano, donde Daniel Adrián murió debido a la gravedad de los disparos.

Entretanto, las autoridades no han actualizado sobre el estado de salud del policía, ni el curso de las investigaciones, a cargo de la Fiscalía de Control Interno. Así, resulta incierto el móvil del enfrentamiento.

El velorio ocurrió durante la mañana del miércoles 13 de marzo en la funeraria Latinoamericana, ubicada en la avenida Universidad. En punto de las 13:00 horas, la familia llevó el cuerpo al panteón Santa Fe, al sur de la capital.

Daniel Adrián nació el 19 de septiembre de 1991. Se desempeñó en el periodismo desde joven. Inició como reportero a sus 16 años, en La Opción de Chihuahua, y, en sus casi 17 años de trayectoria, trabajó en diversiso medios impresos y digitales; entre ellos, se desempeñó como reportero de El Observador y como fotógrafo y reportero gráfico en El Heraldo de la Tarde.

Fue agredido y arrestado por elementos de la DSPM el domingo 14 de junio de 2009, según un archivo periodístico de Etius. Observatorio de comunicación y cultura, publicado cuatro días después. Cubrió junto a Filiberto Ortiz Vázquez, jefe de información de El Observador, un altercado entre vecinos de la colonia Martín López y policías municipales. Aquel domingo, horas antes, se había registrado una pelea a pedradas entre pandilleros, y varias casas resultaron dañadas, por lo que los habitantes pidieron auxilio a la corporación.

La ayuda, sin embargo, no llegó sino hasta una hora después, por lo que la gente, molesta, les reclamó. Y los uniformados respondieron a golpes, hecho que Daniel Adrián y Filiberto captaron en sus cámaras. La policía, al percatarse, le lanzó en su contra. Daniel Adrián confesó: «Nos insultaron, nos quitaron las cámaras, nos esposaron y nos subieron en un auto. En el camino nos pasaron a otro vehículo. Nos pasearon como una hora y luego nos llevaron a la prisión del sur. Nos encerraron y, delante de nosotros, borraron la memoria de nuestras cámaras».

Ambos fueron liberados cuatro horas después. Los obligaron a pagar una multa de $300 pesos y les advirtieron que no intentaran denunciar su detención arbitraria. Frente a la amenaza, interpusieron una queja ante la Comisión Estatal de Derechos Humanos y la oficina de Asuntos Internos de la Policía Municipal.

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