Conforme leía los reportajes y crónicas acerca de la separación del ex presidente de México Enrique Peña Nieto y la modelo Tania Ruiz, sentía que mis neuronas caían desmayadas una tras otra. No importa de qué medio se trate la cursísima novela de la pareja en cuestión el nivel es verdaderamente lamentable. Me resisto a creer que Peña Nieto haya llegado a ser presidente de la República. No se me oculta que mucho tuvo que ver la mano negra de Televisa. Si me ocupo del caso es porque muchos lectores me preguntaron por qué no lo había hecho, si había escrito sobre el rompimiento entre Mario Vargas Llosa e Isabel Preysler. Aunque los dos casos se parezcan no así los protagonistas, lo que sucede es que las dos parejas abren su corazón a la revista ¡Hola!, para hablar de su respectivos rompimientos.

Qué tristeza que un expresidente mexicano no nada más se encuentre involucrado en cuestiones ilegales como lavado de dinero y enriquecimiento ilícito, sino que aparezca en las revistas de corazón, haciendo el ridículo: que si se hizo un «lifting», que si se cambió los dientes, que si está más delgado, que si su novia le escribió en su cumpleaños en Instagram: «Encontré a una pareja y la relación la construimos día con día. No hay experiencia sin caídas, y no hay evoluciones sin tropiezos. Siempre haciendo frente a cada situación que hemos vivido y de la mano junto con Dios. Que Dios te bendiga, proteja, cuide hoy y siempre deseando lo mismo para todos. Te amo! Feliz día mi novio hermoso». Más que «hermoso», me temo que Peña Nieto es baboso. No es posible que se preste a este tipo de relaciones tan frívolas y ridículas. Basta con ver su expresión, vacía, hueca y enajenada, en las portadas de algunas revistas como el ¡Hola!, para percatarse que no hay nadie tras el volante. ¿Cómo le hizo este ex Presidente sin luces para haber robado tanto dinero? ¿Cómo le hizo para haberse quedado en la silla seis años? ¿Y cómo le hace para que el Presidente en turno no le toque ni un pelo?

«El novio hermoso» insiste en decir que piensa quedarse en España porque allí se siente muy bien y que ha sido recibido muchas atenciones, claro, gracias a su visa dorada, la que exige algunos pequeños requisitos que el ex Presidente no ha cumplido del todo: «como invertir dos millones de euros, en deuda pública, un millón de euros en acciones de empresas españolas o depósitos bancarios. La opción más viable para el exmandatario era invertir al menos 500.000 euros en inmuebles y así decidió comprar un local comercial en el centro de la capital por 570.000 euros, apenas unos días antes de solicitar su visa oro. La intención nunca fue vivir en él, así que lo reformó y lo convirtió en un apartamento de lujo que puso en venta. El anuncio de la inmobiliaria se publicó a principios de agosto, justo horas después del comunicado en el que la Fiscalía hacía públicas las investigaciones contra el exmandatario. ‘Fue pura coincidencia’, asegura el expresidente. El local comercial con terraza convertido en piso de lujo sigue aguardando un comprador por 650.000 euros». (El País, noviembre 2022).

De lo que ya es dueño, es de un chalet de tres pisos que se encuentra en Valdelagua a 40 kilómetros y que le costó la pequeña suma de un millón de euros, «no tan lujoso como dicen», apunta Peñita; allí también tienen una propiedad Penélope Cruz y Javier Bardem: «Esto no es una inversión, el propósito es vivir en ella. No pretendo tener más inversiones en España». Hemos de decir que después de dos años, Peña Nieto ya podría pedir la nacionalidad española, no lo ha hecho ni tiene pensado hacerlo, tal como lo hizo otro expresidente igual de vergonzante, Carlos Salinas de Gortari, gracias a su ascendencia sefardí. (El País).

 

En cuanto a la bella exnovia, Tania, ella no ha declarado cuál fue exactamente la razón de su rompimiento con el ex Presidente. Jorge Carvajal, periodista de espectáculos, afirma que se habían separado debido a una supuesta infidelidad, que habría cometido alguno de los dos, y que el otro o la otra descubrió. ¿Quién habrá sido la infiel o el infiel? A mí se me hace que fue él, «el novio hermoso», porque Tania, nacida en San Luis Potosí, propietaria de una empresa de trajes de baño y de bikinis diseñados por ella, cree en Dios, ya que hace poco se dirigió a Él, para darle las gracias de su noviazgo. Esto fue otro recado que le mandó a EPN, también en el día de su cumpleaños: «Que este año más en tu vida sea muy bendecido! Gracias siempre! Gracias por existir! Pero sobre todo Gracias a Dios por la bendición que para mí es tu vida».

Mientras los mexicanos le pediríamos a Dios que intervenga, para que el «novio hermoso» pague sus culpas en la cárcel.

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