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El escándalo de los espectaculares que acusaban a gasolineras de «no dar litros completos» ha subido de tono tras revelarse que elementos de la Policía Municipal, supuestamente, escoltaron a un grupo de hombres encargados de retirar la publicidad sin justificación legal. Las imágenes muestran a agentes de la DSPM dialogando con los responsables en plena avenida 20 de Noviembre, para luego simplemente retirarse, dejando claro que no estaban ahí por casualidad. ¿Quién dio la instrucción? Esa es la pregunta que sigue en el aire mientras las autoridades hacen mutis.
Lo más grave del caso es que los permisos estaban en regla, lo que convierte esta acción en un robo descarado. La publicidad no solo tenía un mensaje incómodo para algunas empresas, sino que incitaba a los ciudadanos a denunciar irregularidades en la venta de combustible. ¿Será que alguien quiso acallar la verdad antes de que cobrara fuerza? Por ahora, lo único claro es que la protección de intereses particulares parece estar muy por encima del interés público, y los ciudadanos han quedado una vez más como espectadores del abuso de poder.