Google DeepMind se asoció hoy con Commonwealth Fusion Systems (CFS), una empresa emergente de Boston dedicada al desarrollo de energía de fusión. El objetivo es usar inteligencia artificial para simular la física del plasma — esa sustancia extremadamente caliente donde ocurre la fusión — y así acelerar los experimentos que puedan llevar a una fuente de energía limpia y abundante. Aunque la fusión comercial sigue lejos, esta alianza muestra el papel creciente de la IA más allá del consumo energético.
El trabajo consistirá en que DeepMind aporte herramientas de modelado computacional, mientras CFS use esos modelos para probar configuraciones, optimizar reacciones y prever condiciones que aguanten los millones de grados requeridos. Las simulaciones permitirán explorar muchas variables sin tener que construir prototipos costosos para cada intento.
Los investigadores advierten que aún hay retos enormes: mantener la estabilidad del plasma, evitar pérdidas energéticas, materiales que resistan las altas temperaturas y replicar los resultados en escala real. Por ello, esta colaboración es más bien un impulso hacia resultados prácticos dentro de algunos años.
Este tipo de alianza también responde a la creciente presión global para encontrar fuentes limpias de energía que reemplacen a los combustibles fósiles. Si la fusión se vuelve viable, puede cambiar la matriz energética del mundo entero.
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La propuesta ha sido recibida con entusiasmo por gobiernos y centros de investigación, que ya han venido impulsando fondos, regulaciones e incentivos para tecnologías de energía avanzada. Pero también hay quienes subrayan que no se deben descuidar otras energías renovables presentes mientras la fusión madura.
DeepMind y CFS tendrán que mostrar resultados sólidos para atraer más inversión y escalar prototipos. Serán clave los acuerdos con gobiernos, laboratorios nacionales y asociaciones internacionales del sector energético.
Este esfuerzo también destaca la convergencia de campos: IA, física de plasma, ingeniería de materiales y energía. No basta con avances en uno solo; deben integrarse para que la fusión deje de ser un sueño.
En los próximos años se observará cómo estas simulaciones mejoran, cómo se validan en laboratorios, y si la fusión puede pasar de prueba de concepto a sistema usable. El éxito marcará un hito tecnológico.
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