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Durante 2022, el precio de la vivienda en la Ciudad de México aumentó entre el 9 y 10% respecto al año anterior, lo que ha hecho que para los capitalinos sea más complejo adquirir una vivienda propia, de acuerdo con el sitio Propiedades.com.

Para Leonardo González, analista de Real Estate de la firma, 2022 fue un año de incertidumbre debido a las elevadas tasas de interés y la inflación, factores que se traducen en mayores tasas hipotecarias, lo que influyó a su vez en una disminución en la actividad del sector.

Según información de la Asociación de Bancos de México (ABM), las tasas bancarias aumentan en menor proporción que la tasa de interés del Banxico; de hecho, la relacionada a la vivienda solo ha crecido 0.37 puntos porcentuales, al promediar en 9.63%.

“Los créditos hipotecarios en nuestro país siguen en un dígito a pesar del incremento de las tasas, por cierto, hoy subió la Fed 0.5, veremos mañana qué hace el Banco de México. Pero hoy todavía se pueden conseguir créditos a un dígito y eso obedece a la competencia”, aseguró el presidente de la ABM, Daniel Becker, en diciembre pasado.

En este sentido, Leonardo González precisó que durante 2022, los inventarios se movieron más lento y, por ende, la compra de inmuebles sufrió una reducción en los parámetros básicos; no obstante, hubo una mayor expectativa por parte de los usuarios de cuándo, dónde y en qué momento adquirir una vivienda.

De acuerdo con datos del portal inmobiliario, el precio promedio en la Ciudad de México del metro cuadrado se ubicó en 31,914 pesos para las casas, mientras que el de los departamentos fue de 46,033 pesos.

“En la medida que una vivienda es más cara, basada en su precio unitario, el metro cuadrado adicional es más barato. El precio por metro cuadrado de un departamento es más caro que el de una casa, ya que esta tiene más metraje y espacio disponible”, afirma González.

Sin embargo, precisó que hubo una consolidación del segmento medio de vivienda por un impulso del sector hipotecario y una mayor demanda, ya que este ha ofrecido los espacios y las ubicaciones a precios aptos que el mercado sí está absorbiendo.

También, indicó, se observó una contracción del segmento de interés social y una escasez de inventario, lo cual impactó principalmente a la población de ingresos más bajos y con mayor rezago habitacional.

González dijo que aunque la Ciudad de México es un lugar atractivo para vivir, los grandes retos que enfrenta para satisfacer las necesidades de su población hacen que la gente busque otras opciones de vivienda en ciudades como Querétaro, Puebla o Toluca, que tienen importantes desarrollos inmobiliarios.

“Este fenómeno no es nuevo, llevamos más de cuatro décadas observando que las viviendas ubicadas fuera de la Zona Metropolitana del Valle de México han dejado de ser lugares exclusivamente vacacionales para tomar el rol de viviendas principales”.

Para 2023, el analista prevé que el sector tenga un mayor crecimiento, ya que las viviendas representan entre el 30 y 40% de importancia en el balance de ingresos. Estas se consideran bienes de consumo de primera necesidad y de alta relevancia que permiten ajustar el resto de los bienes y servicios.

Por AL PE

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