Estoy seguro de que estará usted de acuerdo conmigo: en el árbol de Morena no se mueve una sola de sus hojas si no es con el beneplácito o las órdenes de López Obrador.
La hoja que ahora mismo se mece con el escaso viento es la del muy ardido Víctor Hugo Romo, a quien Xóchitl Gálvez evidenció en sus corruptelas cuando lo sucedió en la capitalina alcaldía Miguel Hidalgo.
Movido por AMLO, Romo recién ha anunciado que presentará denuncias penales en contra de la ahora candidata presidencial oposicionista para que sea investigada por posibles delitos de falsedad en declaración, remuneración ilícita, enriquecimiento ilícito y tráfico de influencias.
Y aquí ya no se trata del individual ardor del morenista, sino todo parece indicar que es una estrategia que López Obrador está utilizando en aras de inhabilitar a quien cada día más se acerca a su candidata Claudia Sheinbaum en las encuestas serias, que las hay.
Muy al estilo, pues, del dictadorzuelo Nicolás Maduro, quien cada que se acerca un proceso comicial inhabilita a sus potenciales y potentes opositores.
¿Xóchitl Gálvez como Corina Machado?
El riesgo es alto, toda vez que la denuncia pudiese prosperar, ya que la procuración de justicia en la capital del país está en manos de un “abogado” al vapor, con las mismas mañas y tretas de Ernestina Godoy, quien hasta hace poco fungiera como fiscal.
Se encienden las luces rojas en el tablero de control.
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Aunque usted no lo vea en las fotografías ni en la televisión, la señora Sheinbaum usa faldas muy amponas.
Escribí amponas, no hamponas, ¿quedó claro?
Bajo de esas enaguas, que deben ser enormes, se cobijan prácticamente todos los asuntos y personajes que en los últimos días han provocado escándalo y hasta repudio.
Por ahí, debajo de ellas, se ha cobijado Arturo Zaldívar quien dice que la exhibición de sus corruptelas y violaciones a la Constitución son para perjudicar a doña Claudia.
Y ni qué decir de la tardanza en la aprobación de las últimas tres iniciativas con dictámenes fake que las oposiciones han impedido que se aprueben con la celeridad que demanda López, pues dicen los del chaleco guinda que también son para impedir el desarrollo de la campaña presidencial de quien fuera bautizada con el mote de corcholata.
Todo cabe bajo las faldas de Sheinbaum.
Mientras no sea aquella colorada con la estampa de la Virgen de Guadalupe, todo bien ¿no cree usted?
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Allá por 2017, Alfredo del Mazo Tercero hizo buena parte de su campaña por la gubernatura mexiquense al amparo de un caudal de anuncios que presumían el tren México – Toluca.
Siete años después la obra sigue inconclusa.
Y lo peor es que prácticamente no hay mes en el cual el tramo que le corresponde erigir al gobierno de CDMX no sufra algún percance.
El que le tocó construir al entonces priísta quedó listo hace meses, no sin que también tuviese sus avatares.
El de los morenistas, en cambio…
¿Qué los hace tan pero tan ineficientes?