PAUSA.MX

Con el cúmulo de escándalos de corrupción que lo rodea, lo mismo que a sus tres hijos mayores, será muy difícil que López Obrador resista el embate social al término de su desastroso sexenio.

Si ahora mismo, durante sus giras por las entidades de la República le gritan y hasta lo maldicen.

Si se niega a ir a las zonas devastadas por el huracán Otis en Guerrero porque, él mismo dijo, se arriesgaría a que le mentaran la madre y pusieran en un predicamento a su investidura, ¡imagínese usted a lo que se arriesgaría ya sin el cargo y sin tantos guaruras!

Hemos sabido de ex presidentes a quienes reciben con rechiflas en restaurantes, a quienes insultan en las calles, a quienes la gente ya no quiere volver a oír y ni siquiera ver en pintura.

No es gratuito que Carlos Salinas, Felipe Calderón y Enrique Peña vivan en España. Tampoco que Ernesto Zedillo lo haga en los Estados Unidos. Los reciben con aplausos en cenáculos de privilegiados. Pero las mayorías que aún sufren las consecuencias de sus actos no quieren saber más de ellos.

Y eso que ninguno ha sido tan pernicioso para el país como sin duda alguna es hoy AMLO.

Por eso en su círculo interno hay quienes sostienen que López buscaría refugio en alguno de los países cuyos gobiernos le son gratos. Cuba, por ejemplo, donde viviría y gozaría las enormes bondades de la dictadura del Partido Comunista local.

Aunque muchos, lo sé, sí quisiéramos mandarlo a La Chingada.

* * *

Ni cuenta nos habíamos dado. ¡Tenemos a una oposición al gobierno de la 4T súper poderosa!

La Administración de AMLO, chiquitita, debilucha, no ha podido contenerla.

Si el AIFA no es usado por las aerolíneas nacionales y extranjeras es por culpa de la oposición.

Si el Tren Maya a veces arranca y otras no es por culpa de la oposición.

Si no hay medicamentos… ya lo sabe usted, es porque los opositores quieren desprestigiar al tabasqueño.

Si el crimen, los asesinatos, las masacres, el tráfico de drogas van al alza se debe a que los opositores quieren hacer quedar mal a AMLO.

Si se filtran los datos personales de los periodistas que cubren las mañaneras, ¡caray!, es porque los opositores quieren hacer creer que el presidente de todos los mexicanos censura y ataca la libertad de expresión.

¿Es poderosa la oposición?

¿O México tiene un presidente mediocre que culpa a otros de sus ineptitudes y fracasos?

Tiene ya un buen rato que la mayoría de las casas encuestadoras no dan en el clavo.

Su alejamiento de las cifras reales, las del día de la votación, sucede aquí y en todo el mundo.

En México, empero, el fenómeno se agrava por las sospechas de que muchas de ellas están compradas para favorecer con amplios márgenes de ganancia a quienes las patrocinan.

Dan cifras poco creíbles y, por si fuera poco, también dispares.

Ayer lunes conocimos dos.

En una de ellas el margen que hoy existe entre las dos candidatas presidenciales ha disminuida. En la otra se disparó exponencialmente.

En la primera, el candidato presidencial varón disminuyó el porcentaje de aceptación que tenía quien inició la campaña y apenas duró en ella una decena de días. En la segunda, cuadruplicó su presencia entre los potenciales electores.

¿Quién les cree a las encuestas?

Por AL PE

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