Noticias Chihuahua:
NOTICIAS CHIHUAHUA
El diputado Pedro Torres Estrada (MORENA) levantó la voz en el Congreso para denunciar lo que calificó como un posible caso de tráfico de influencias en el sistema judicial. Señaló al juez de control Juan Carlos Erives por haber otorgado arresto domiciliario a Edgar E. V., un ciudadano sentenciado a 25 años de prisión por al menos tres delitos de privación ilegal de la libertad. Torres destacó que el imputado es hermano de la magistrada Nancy Escárcega, esposa del coordinador de Movimiento Ciudadano, Francisco Sánchez, sugiriendo que esta relación podría haber influido en la decisión. Exigió al Tribunal de Disciplina Judicial una investigación exhaustiva y transparente, así como la declaración de incompetencia de la magistrada por conflicto de interés, argumentando que el procedimiento de liberación careció de los pasos legales necesarios, como la apelación de sentencia y la aprobación de las magistraturas correspondientes.
La respuesta no se hizo esperar. Francisco Sánchez, aludido en el discurso, defendió la transparencia en el ejercicio de cualquier funcionario público, pero calificó el posicionamiento como una “diatriba” y pidió ser investigado si su relación personal era motivo de sospecha. En un tono desafiante, Torres replicó que no acusó directamente a Sánchez ni a su esposa, sino que se limitó a “enumerar hechos”, como la liberación de un sentenciado por secuestro y su vínculo familiar con la magistrada. Aunque el posicionamiento no tiene carácter vinculante, el eco de estas acusaciones resuena en un contexto donde la confianza en las instituciones judiciales está en entredicho, y se espera que las autoridades emitan una postura pronto. Este episodio pone de manifiesto la fragilidad de la percepción de imparcialidad en el sistema de justicia y la urgencia de esclarecer cualquier sombra de duda.
El Instituto Municipal de Pensiones (IMPE) presumía tener “abasto suficiente” de la vacuna BCG para todos los chihuahuenses que la necesitaban. Palabras bonitas, sí, pero la realidad es otra: las dosis brillan por su ausencia. Mientras tanto, la tuberculosis, esa enfermedad que algunos creen olvidada, sigue esperando paciente a que alguien se acuerde de proteger a los niños.
Hace apenas un tiempo, el Municipio de Chihuahua criticaba con dureza al IMSS por no contar con medicamentos y vacunas suficientes. Tenían razón, pero ahora se les nota incómodo silencio: el abasto les falla a ellos también, y de pronto la crítica se convierte en mordida de labios. Las palabras de reproche se volatilizan cuando la situación toca a quienes señalaban.
El IMPE no tiene problema en presumir sus vacunas disponibles: Sarampión, Neumococo, Rotavirus… incluso atención sin cita y sustitución de cartilla con solo la CURP. Todo muy eficiente, salvo por la BCG, que parece haber caído en un limbo burocrático donde nadie se molesta en buscarla. ¿Planificación? ¿Abasto real? Al parecer, esas palabras solo suenan bien en un comunicado oficial.
Los padres, mientras tanto, ven cómo la promesa de protección se disuelve en la nada, dejando a los más pequeños vulnerables. Porque que una institución de salud falle en algo tan básico no es un “olvido”, es una advertencia: la burocracia puede ser más peligrosa que la propia tuberculosis.
No se trata de discursos ni de invitaciones bonitas. Se trata de vacunas, de prevención y, sobre todo, de cumplir con lo que prometes. Que el IMPE no tenga la BCG es un recordatorio duro: en salud, las palabras no curan enfermedades, solo las dosis.
