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La develación de “El Pelícano”, el nuevo ícono meoquense, ha generado opiniones divididas. Mientras unos celebran el talento del artista Miguel Valverde y la supuesta “vanguardia” que presume la alcaldesa Miriam Soto, otros cuestionan la prioridad de la inversión. La escultura, con sus 400 plumas representando especies migratorias, podrá ser atractiva para las redes sociales, pero no resuelve las necesidades más apremiantes de Meoqui. ¿Cuántas calles siguen sin pavimentar? ¿Qué hay del drenaje insuficiente o las carencias en alumbrado público? El arte tiene su lugar, pero en un municipio donde las necesidades básicas están lejos de ser cubiertas, resulta difícil justificar un gasto de este tipo.
Mientras “El Pelícano” se posa como símbolo de bienvenida en la glorieta Aldama-Bugambilias, los meoquenses continúan esperando obras prioritarias que mejoren su calidad de vida. La belleza de una escultura no tapará los baches ni resolverá la falta de agua en algunas zonas. Si realmente se busca fomentar la identidad regional, quizá habría sido más apropiado destinar esos recursos a obras tangibles que impacten directamente a la comunidad. Porque, al final del día, ningún monumento, por creativo que sea, cambiará la carencia de servicios en Meoqui.
Desde que César Jáuregui asumió como titular de la Fiscalía General del Estado de Chihuahua, el combate a la delincuencia ha tomado un rumbo claro y decidido. Con resultados tangibles, no solo en la reducción de índices delictivos sino también en la modernización de la procuración de justicia, Jáuregui ha demostrado ser un fiscal sólido, alejado de la debilidad que caracteriza a muchos funcionarios en puestos clave. Su liderazgo ha fortalecido a la institución, colocando a Chihuahua como una de las fiscalías mejor evaluadas del país, a la par de la Ciudad de México.
El reconocimiento no solo llega por su avance en la digitalización, con un 84% de servicios digitalizados, sino también por su capacidad de implementar estrategias innovadoras que han marcado diferencia. En este contexto, muchos ya lo mencionan como un posible candidato a la gubernatura. Su perfil, forjado en resultados y compromiso, ha posicionado a Chihuahua como un modelo de transformación en justicia, algo que en medio de una crisis de seguridad nacional, no es poca cosa. La proyección de Jáuregui es clara: de fiscal competente a un líder estatal en potencia.
Ahora si, ya se hartaron los trabajadores de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social, que presentan su inconformidad los Conciliadores del Centro de Conciliación Laboral del Estado de Chihuahua dentro de las oficinas de representación en Ciudad Juárez; esto por los malos tratos que reciben por parte le Director General, Fausto Fortunato Barraza Arvizu, quien cegado por su enorme ego, argumentó que no es su obligación dar seguimiento a tales dichos, dejando en claro su falta de liderazgo, y su sobra de altanería, sobajando y vulnerando los derechos fundamentales de los trabajadores de dicha instancia gubernamental Estatal; esto no es nuevo, pues ya existen muchas quejas que no han sido atendidas, y no solo con los colaboradores laborales, sino con usuarios y abogados que han sido victimas de discriminación de parte del Director General, y en virtud de ello, el Secretario del Trabajo y Previsión Social, Diodoro Argüello Siller, únicamente a optado por hacerce de la vista gorda, permitiendo un claro nepotismo, ya que sabe que hay favoritismos entre los trabajadores de la instancia prejudicial estatal, y evidentes actos de corrupción interna, pues quienes manejan las finanzas de ese lugar, es un grupo de allegados al Director General, que claramente acuerdan con él, pues reciben trato preferencial y todos son procedentes de una misma dependencia estatal previa.
¿Dónde meterá la UACH a tanta gente el próximo semestre? Esa es la pregunta que tienen muchos, porque ahora que los que sacaron su ficha para hacer el EXANI, tienen la esperanza de continuar sus estudios, la bronca es que no hay espacio para tanta raza.
Y es que el apurarse por aperturas carreras muy solicitadas como Veterinaria y Psicología, generó una oleada de chavos que buscan esta oferta educativa, porque la primera no había y lo otra puras escuelas privadas y muy caras.
Tan solo los que van a hacer examen de admisión en Psicología superan los 1000, que según dicen los de la UACH, solo habrá chanza para un máximo de 100 alumnos, porque la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, no tienen insuficientes maestros y menos aulas.
Entonces, como 900 jóvenes se quedarán sin estudiar, como mínimo, porque todavía están los que no quedarán en las otras facultades, sin mencionar los de Medicina, que siempre es lo mismo, pero ese es otro cuento.
El rector, Luis Rivera, andaba muy emocionado con los anuncios y con bombo y platillo para hacer ver a la universidad como una del pueblo, ahora será la institución que más gente deja fuera. ojalá y haya alternativas para que estos jóvenes no caigan en malos pasos al no tener donde estudiar, solo porque se les vendió una ilusión y solo fue eso, mero espejismo.