Decía el divo de Juárez, «lo que se ve, no se pregunta»; y parece que en la capital del estado la aplicaron bien y bonito con los dos eventos que saturaron el tráfico Vial.
Marco Bonilla, alcalde de Chihuahua, le dio preferencia a Ricky Martin y estuvo como autoridad para presentar el gran y único evento de talla grande del llamado festival internacional.
En el otro extremo, el alcalde de Delicias, Jesús Valenciano, se montó en el caballo y como buen ranchero qué es, galopó por las calles en donde despacha Marco Bonilla; a diferencia de que el primero, prefirió respaldar a los ganaderos.
Ambos andan por el PAN que quieren la grande… nos referimos a la silla; pero viendo que el capitalismo prefirió ir al Angel.
No estaría de más preguntarle al yunkista Chihuahuita si seguirá en pro de la familia tradicional y los buenos valores, cuando prefirió recibir al boricua y no a los ganaderos; esos que le han sabido hacer frente a la sequía en los últimos años.
La detención de Alexis C.R. y Brandon H.G. en un banco del Periférico Luis Donaldo Colosio es un claro ejemplo de cómo la corrupción en Morena se filtra hasta en sus programas sociales. Estos individuos, acusados de violar la Ley de Instituciones de Crédito al intentar cobrar tarjetas de retiro del programa Sembrando Vida, son solo la punta del iceberg de un sistema que sigue siendo mal gestionado. No es coincidencia que uno de ellos se identificara como Tesorero de la comunidad de Barbechitos, mostrando cómo estas irregularidades surgen bajo la protección de programas federales.
El caso tomó un giro aún más turbio cuando el jefe de la sucursal 1601 del banco Bienestar confirmó que este tipo de operaciones están fuera de la normativa. La pregunta es: ¿hasta dónde llega esta red de impunidad? La detención de estos dos hombres debería ser una advertencia para todos aquellos que, escudados en el manto de Morena y sus programas, creen que pueden abusar del sistema sin consecuencias. La corrupción sigue siendo una constante bajo la bandera de la «cuarta transformación».
Jorge Armendáriz parece decidido a tomarnos el pelo. Cuando uno de nuestros reporteros le pidió un simple dato sobre cuántos muertos se han registrado en la capital del estado este año, él salió con cifras de meses anteriores y porcentajes confusos. Este desliz no habla bien del apoyo que recibe Gilberto Loya, quien intenta ser transparente y eficiente en su labor, pero su equipo no parece seguir la misma línea de trabajo.
Si Rambo Loya busca hacer un buen trabajo, lo mínimo que se espera es que sus subordinados lo respalden. De lo contrario, el mismo George podría terminar siendo un lastre que le genere más problemas que soluciones.
Y la que ya quiere cobrar como directora en el Municipio, es Laura Contreras, quien anda ya dando órdenes a diestra y siniestra porque dice ser ya la coordinadora de Participación Ciudadana, cuando está ni siquiera se ha constituido debidamente, pero ella ya es patrona y quiere su cheque la próxima quincena, mire nada más.
Se supone que apenas esta semana se aprobó en el Cabildo los lineamientos para la creación de esta coordinación que separará las funciones en la Dirección de Desarrollo Humano y Educación, para que ésta se encargue de organizar asuntos como el Presupuesto Participativo, consultas ciudadanas, votaciones en escuelas para el Cabildo Infantil y Juvenil.
Legalmente, aún no está conformada totalmente, pero la ex diputada federal ya se siente como pavorreal y anda ordenando cómo mover escritorios y toda la cosa en la Casa Creel, ahí a un ladito del Poder Legislativo; que se espere tantito hay que decirle, “Vamo a calmanos”.