Toda su crítica al militarismo de los sexenios anteriores fue falaz.
Lo que querían era militarizar ellos el país. Darle a las Fuerzas Armadas facultades permanentes de policías con atribuciones del Ministerio Público.
Y los ciudadanos, investigados por soldados y marinos, con el derecho de amparo mutilado, y a la cárcel por sospechas de los uniformados, mientras se averigua.
Eso se llama dictadura. Construida, por supuesto, en nombre de la paz y del “humanismo mexicano”.
Mintieron todos estos años. Cuánta traición.
Le pedí a ChatGPT que me diera algunas declaraciones de López Obrador, Mario Delgado, Adán Augusto López, Olga Sánchez Cordero y Gerardo Fernández Noroña, cuando estaban en la oposición, sobre las funciones transitorias que se le dieron a las Fuerzas Armadas en materia de seguridad.
Recojo sólo algunas:
López Obrador el 19 de marzo de 2008, en Villahermosa:
“Felipe Calderón le ha declarado la guerra al narcotráfico usando al Ejército, pero esto no es la solución. No podemos convertir el país en un cuartel y hacer que los problemas de seguridad sean tratados con armas. El Ejército debe regresar a sus cuarteles, y el gobierno debe atender las causas profundas que generan la inseguridad y la violencia: la falta de empleo y oportunidades”.
AMLO el 9 de diciembre de 2010, en Zacatecas:
“Es un grave error seguir utilizando al Ejército en trabajos de seguridad pública. Estamos viendo cómo se están violando derechos humanos, cómo se está incrementando la violencia y cómo la gente está sufriendo las consecuencias de esta estrategia fallida. El gobierno federal debería invertir más en programas sociales, en educación y en empleo, no en armamento ni en soldados en las calles”.
AMLO, el 1 de julio de 2012:
“Nosotros siempre hemos defendido que no se puede resolver la inseguridad con el uso de la fuerza. La violencia no se enfrenta con más violencia. Sacar al Ejército a las calles es poner en riesgo la vida de ciudadanos inocentes. La paz no se construye con armas, sino con justicia social, oportunidades para todos y la mejora de las condiciones de vida de la gente”.
En Oaxaca, el 22 de noviembre de 2017:
“La Ley de Seguridad Interior es un retroceso. Pretende legalizar lo que no debe legalizarse, la militarización del país. Yo estoy a favor de que el Ejército regrese a los cuarteles y que se fortalezca a la policía civil con capacitación y mejores condiciones laborales. No es con soldados en las calles como se va a pacificar a México, sino atendiendo las causas que originan la violencia: la pobreza, la marginación y la falta de oportunidades”.
En esta intervención, López Obrador rechazó tajantemente la ley y subrayó su preferencia por una estrategia que fortaleciera las instituciones civiles.
El 7 de febrero de 2018, en Monterrey:
“No podemos seguir apostando a una estrategia que ha fracasado, que ha costado miles de vidas y que ha generado más violencia. Vamos a reorientar los esfuerzos del Estado para garantizar la paz. La militarización no es la solución. El Ejército debe cumplir con su función de proteger la soberanía, no de patrullar las calles. Vamos a pacificar al país con empleo, educación y bienestar”.
Mario Delgado, el 11 de noviembre de 2017:
“Es un error histórico legalizar la militarización del país a través de la Ley de Seguridad Interior. Esta ley no sólo viola derechos humanos, sino que convierte en permanentes los militares que ya han demostrado su ineficacia para reducir la violencia. México no necesita más soldados en las calles, necesita instituciones civiles fuertes y políticas de prevención”.
Gerardo Fernández Noroña, el 15 de diciembre de 2010:
“La estrategia de Calderón es un fracaso rotundo. Sacar al Ejército a las calles sólo ha generado más violencia, más muertes y ha sumido al país en un estado de inseguridad sin precedentes. La militarización no es la solución, lo que necesitamos es una estrategia de inteligencia y fortalecimiento de las instituciones civiles”.
Adán Augusto López, el 12 de diciembre de 2017:
“La Ley de Seguridad Interior perpetúa una estrategia fallida. Lo que México necesita no es más militares en las calles, sino una política integral de seguridad que incluya el fortalecimiento de las policías civiles, la prevención del delito y el combate a la corrupción. La militarización solo ha traído más violencia y la erosión de los derechos humanos”.
Olga Sánchez Cordero, 20 de noviembre de 2017:
“Como jurista y como legisladora, debo señalar que la militarización del país y la Ley de Seguridad Interior ponen en riesgo el Estado de derecho y los derechos humanos en México. No podemos normalizar la presencia militar en tareas de seguridad pública. Es necesario regresar a un modelo de seguridad civil, basado en la legalidad y el respeto a los derechos fundamentales”.
Más de AMLO: golpistas:
“Calderón le ha hecho mucho daño al país. Es un presidente espurio que, para legitimarse, ha decidido militarizar el país, lo que es una actitud golpista, porque quiere sostenerse en el poder a través de la fuerza y la violencia. En lugar de resolver los problemas de fondo, ha llevado al país a una crisis de violencia que ha costado miles de vidas”.
AMLO contra Peña Nieto: golpista
“La Ley de Seguridad Interior es un paso más hacia la militarización del país. Peña Nieto, como Calderón, se comporta como un golpista al insistir en usar al Ejército para tareas que deben corresponder a las autoridades civiles. Esta ley sólo sirve para proteger a la élite política corrupta mientras aumenta la represión y la violencia en México”.
Gerardo Fernández Noroña contra Calderón: golpista
“Felipe Calderón no sólo es un presidente ilegítimo, sino que ha militarizado el país para mantenerse en el poder. Esto es lo que hacen los golpistas: usar al Ejército para su propia protección y para reprimir al pueblo. Calderón está jugando con fuego al mantener esta política violenta y represiva”.
Fernández Noroña contra Peña Nieto: golpista
“Peña Nieto está repitiendo el mismo esquema golpista de Calderón: usar al Ejército para controlar al país, para reprimir al pueblo y para sostener un gobierno corrupto. La Ley de Seguridad Interior es una amenaza para la democracia y los derechos humanos en México”.
Mario Delgado contra Felipe Calderón: golpista
“Lo que está haciendo Calderón es sumamente peligroso. Está militarizando el país y violando los principios básicos de nuestra Constitución. En cualquier otro contexto, esta sería la conducta de un golpista: usar al Ejército para tomar control de la seguridad pública, cuando debería estar en manos de las autoridades civiles”.
Mario Delgado contra Peña Nieto: golpista
“Con la Ley de Seguridad Interior, Peña Nieto está repitiendo los mismos errores que Calderón. Está militarizando el país y erosionando las instituciones democráticas. Esto es lo que hacen los gobiernos golpistas: pretenden mantener el control a través de la fuerza, y eso es lo que estamos viendo en México”.
Entonces, ¿quién era el golpista?
Ni Calderón ni Peña Nieto lo fueron.
AMLO sí dio el golpe, con una mayoría artificial en el Congreso que le regalaron consejeros y magistrados serviles.