Le apuesto que, desde hace ya algunas semanas, personeros y apoyadores de la veracruzana que se dice tlaxcalteca Beatriz Paredes ya recorren el país en busca de apoyos económicos para su probable precandidatura presidencial.
Y es que se lo he comentado ya aquí en un par de ocasiones: …
… lo de ella, lo de ella, es “la lana” de las campañas políticas.
Lo demostró ya cuando en 2012 contendió por la jefatura de lo que entonces era el DDF.
Recogió y mandó a acopiar grandes sumas de dinero –cash, obviously—y se guardó en su casa para dejar que Miguel Ángel Mancera llegara plácidamente al cargo, prácticamente sin ninguna oposición.
Fue un triunfo histórico el del perredista, quien se alzó con la mayor cantidad de votos que ninguno de sus predecesores, Andrés Manuel López Obrador (en el 2000) y Marcelo Ebrard (en el 2006) hubiesen alcanzado en sus respectivas elecciones.
Hicieron más y mejor campaña las otras dos contendientes: Isabel Miranda y Rosario Guerra.
Paredes, en cambio, ni se movió, ni se inmutó ante su auto derrota.
Así que la pregunta vale hoy:
Si ella fuese quien coordinara al Frente Amplio por México y, en consecuencia, se convirtiera en la precandidata y luego en la candidata del PAN, PRI y PRD…
… ¿estaría tentada a dejarse comprar –también en cash—por el “destapador” de Palacio Nacional?
¿Para allanar el paso a la “corcholata”, muy probablemente Claudia Sheinbaum, que contienda por la alianza que encabeza Morena?
Muy probablemente sí. La “lana” es la “lana”.
Y eso es todo, absolutamente todo lo que a Paredes le interesa…
… más cuando vea que, por ser una política de estilo rancio, no atraiga la simpatía de los jóvenes –claves en la elección de 2024—y vuelva a quedarse en casa o viajando a Brasil, donde tiene intereses variopintos.
Permitir que ella sea quien encabece a la oposición en los próximos comicios federales sería un error…
… y no solo para los partidos que encabezan Marko Cortés, Alejandro Moreno y Jesús Zambrano…
… le apuesto que sería catastrófico para el país.
Ahí se lo dejo a su amable y conocedora consideración.
Ebrard, salvador de Sheinbaum
En Palacio Nacional está el war room de Morena, ni duda cabe.
Ajeno a las nuevas tecnologías –ya ve usted que el trapiche es para él un gran avance– y ajeno al pensamiento lógico, AMLO mueve a sus “corcholatas” sobre un simple tablero de ajedrez, que usa ¡para jugar damas chinas!
Todos los movimientos los hace él y solo él.
Por eso es que el más reciente lance de Marcelo Ebrard, protestando “enérgicamente” por el acarreo del que hace gala Claudia Sheinbaum –lo mismo que Adán López–, el uso de promotores de la Secretaría del Bienestar y el manejo sesgado de las encuestas para favorecer a “la favorita” es sumamente irreal y, además, sospechoso.
Tal “sospechosismo” –Santiago Creel dixit— parte de la nada remota posibilidad de que, quien resulte candidato presidencial de los guindas, los verdes y los dizque trabajadores pierda la Presidencia de la República en las mesas del INE y, sobre todo, del TEPJF, por haber realizado actos anticipados de campaña y por un ostentoso y también ilegal gasto de recursos (públicos) en sus mítines y asambleas.
AMLO lo ha visto y lo ha reprobado, sabiendo el riesgo que corre.
Y por eso movió a su peón Ebrard para, de una vez, someter al orden a quienes aspiran a sucederlo y evitar cualquier desaguisado que pudiese presentarse ante las justificadas quejas y denuncias bien documentadas de los opositores ante los organismos administrativos y jurisdiccionales de los comicios.
En pocas palabras y en una paradoja –¿o parajoda?– AMLO mandó a Ebrard a salvar a Sheinbaum.
Así que no se ponga usted tan contento.
No hay ruptura en Morena.
Solo hay una realineación de “corcholatas” en el tablero que AMLO puede realizar, gracias a que tiene muchos expedientes criminales a la mano de quienes quieren sucederlo en el cargo.
El de la Línea 12 del Metro, por ejemplo.
O porque desde hace unas semanas, iniciaron sendas auditorías, por medio de Hacienda, a las empresas donde son accionistas dos de los hermanos del ex canciller.
Dichas empresas se dedican al arrendamiento inmobiliario tipo habitaciones de hotel, hoy en día muy de moda.
El tema adicional, es que MEC tiene ahí ingresado parte de su graaan capital.
¿Verdad, Marcelo?
Sin duda, AMLO es “humanista”
Si usted es uno de quienes, como el escribidor, se han preguntado qué carajos es eso del “humanismo mexicano” que propala Andrés Manuel López Obrador, creo que ya estoy en posibilidad de revelarlo:
El “humanismo mexicano” es poder destazar y luego congelar a los contrincantes o enemigos…
… es poder usar gotas de colirio para adormecer a quienes se secuestra y se asalta…
… es poder incendiar vehículos donde luego se encuentran restos humanos…
… es el poder atentar en contra de la vida de un periodista…
… es desaparecer a miles de personas, jóvenes preferentemente…
… es el poder organizar masacres, en las que las víctimas son los propios victimarios…
… es acuchillar a mujeres y ostentar récords incomparables en feminicidios…
… es apoderarse de las vías de comunicación y cerrarlas a contentillo…
… es proclamar que se ha acabado con la corrupción, cuando esta sigue desangrando al erario en proporciones mayores a los de sexenios anteriores…
… es permitir que ese mal ejemplo cunda…
… es aceptar que desde las cárceles se extorsione a las amas de casa…
… es permitir y hasta alentar que los criminales del país se internacionalicen…
… es, de acuerdo con un estudio de Intélite, que México sea considerado como “el segundo país con mayor relevancia del crimen organizado en la región (solo detrás de Colombia), y el cuarto en el mundo” …
… es dejar que campee la impunidad, por la pendejada de los “abrazos y no balazos”, cuando lo que debe hacerse con los criminales es detenerlos y presentarlos ante los jueces…
… pero, lo más gráfico, el “humanismo mexicano”, al estilo de la 4T, es hacer como que no se oyen los reclamos por las tragedias y salir por peteneras contando un chiste baboso, como lo hizo el Presidente de la República en su matiné cómico-electorera-musical del miércoles anterior.
AMLO, pues, es un gran “humanista”.
¿No cree usted?
Indicios
La matiné del jueves inició como muchos esperábamos, con la mediocridad y la auto victimización con las que a diario se inviste Andrés Manuel López Obrador, quien insistió en que no escuchó las preguntas de los reporteros sobre los jóvenes desaparecidos en Jalisco y afirmó que no va a ofrecer disculpas porque no se burló. No ve, no oye, pero como habla estupideces, como esa repetitiva de que es víctima de “los mismos de siempre, los que pertenecen al bloque conservador, una aspirante a la Presidencia, corrupta, otros aspirantes corruptos, y desde luego los representantes de los gobiernos neoliberales o neoporfiristas representantes de la oligarquía y todos los medios, con honrosas excepciones”. * * * Huele a que el jalisciense Enrique Alfaro quiere desembarazar a su administración de la resolución del caso de los cinco jóvenes desaparecidos y posteriormente asesinados en Lagos de Moreno, al pedir que sea la Fiscalía del otra vez desaparecidito Alejandro Gertz la que se haga cargo de ello, dizque por la probable participación de alguna de las varias organizaciones criminales que operan en ese territorio. La irresponsabilidad se da en todos los niveles. * * * Enrique de la Madrid Cordero merece un gran reconocimiento tras su muy democrática actitud al ser eliminado del cuarteto de aspirantes a la precandidatura presidencial del Frente opositor. Ni reclamos, ni pataletas infantiloides y, eso sí, una gran madurez. ¡Chapeau!, dirían los franceses. * * * Otro cuatrotero que está “tocado” por los expedientes de la L12 del Metro de la capital nacional es Mario Delgado. Por eso su papel de arrastrado, que tampoco ve ni oye lo que hacen Sheinbaum y Adán López, sin autoridad para hacerlos cumplir el compromiso que firmaron y, claro, para compensar ya arrancó con sus embates en contra de Xóchitl Gálvez, con lo que lanza un “¡acá’toy!” frente a sus nulas posibilidades de ser él quien obtenga la candidatura para el gobierno de CDMX. * * * Y por hoy es todo. Le deseo, como siempre, ¡buenas gracias y muchos, muchos días!