POR CARLOS JARAMILLO VELA
El desaire de AMLO a los otros dos poderes en el aniversario de la Constitución.
Lo ocurrido el 5 de febrero de 2023 en Querétaro, durante la ceremonia oficial
conmemorativa del 106 aniversario de la promulgación de la Constitución Política
de 1917, constituye un signo evidente que aviva aún más la polarización que sufre
México. El presidente Andrés Manuel López Obrados, personaje central y
organizador del evento, desdeñó de manera sutil a los titulares de los poderes
judicial y legislativo, la ministra Norma Lucía Piña Hernández, y el diputado
Santiago Creel Miranda, quienes en sus respectivos caracteres de presidentes de
la Suprema Corte de Justicia de la Nación, y de la Cámara de Diputados, fueron
relegados en el presídium, al darles asientos en el extremo de éste, cuando el
protocolo acostumbrado indica que estos altos funcionarios integrantes de los
poderes Judicial y Legislativo deben situarse a los costados inmediatos del titular
del Poder Ejecutivo.
Sonoras críticas e variadas interpretaciones ha levantado en los medios
periodísticos el desaire del presidente López Obrador hacia los representantes de
los otros dos poderes, pues en política las formas son fondo, y detrás de éstas se
asoma la verdad. Tal verdad es cada vez más evidente, el actual presidente de
México se aleja de la humildad y el protocolo para afianzar y demostrar fobias y
aversiones personales, en este caso, a los titulares de los otros dos poderes y a
las investiduras que ellos representan. Con su actitud el mandatario no solo
demostró su desacuerdo hacia las posturas de autonomía e independencia que en
modo digno y con toda razón ética, política y jurídica han mantenido Norma Piña y
Santiago Creel respecto al Poder Ejecutivo, sino que a la vez desdeñó a las
instituciones que éstos representan.
Malo, sin duda, así como contrario a las buenas formas, resultó el cuestionado
gesto de desprecio del presidente hacia los otros poderes representativos de
institucionalidad de la vida política, jurídica y legislativa que deriva precisamente
de la Constitución. Y peor aún resulta que dicho desaire se haya cometido en el
mismísimo acto solemne de conmemoración del origen de la actual Constitución.
Quizá tal agravio fue lo que infundió en la ministra Piña el arresto suficiente para
no ponerse de pie cuando el presidente López Obrador pasó a saludarla.
Asimismo, y seguramente por las múltiples denostaciones vertidas por el
presidente López Obrador durante su sexenio contra jueces y magistrados del
poder judicial, así como contra las diputadas y los diputados de oposición
integrantes del poder legislativo, Piña y Creel pronunciaron sendos discursos
señalándole al presidente el respeto que les debe a los poderes que ellos
representan.
Al pronunciar su mensaje, la ministra Norma Piña expresó que la independencia
de los jueces es condición fundamental de la vida democrática. Por su parte, en su
turno el diputado Creel, reiteró que se deben respetar las diferencias de opinión y
pensamiento, así como privilegiar el dialogo como mecanismo de interacción
política. Sin duda, el aniversario 106 de la Constitución polarizó aún más a México,
dejando claro quienes están dispuestos a respetarla, y quien al contrario considera
que puede transgredirla sin miramientos.
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