El presidente Volodímir Zelenski expresó que la propuesta del ex presidente estadounidense Donald Trump de congelarla línea de combate entre Ucrania y Rusia representa un “buen compromiso”, aunque admitió que no espera que Vladímir Putin lo respalde.
Durante una visita a países escandinavos, Zelenski apuntó al suministro de cazas suecos tipo Gripen y reclamó mayor apoyo militar para Ucrania en su confrontación con Rusia.
En tanto, Moscú lanzó una intensa ofensiva con drones y misiles contra la capital ucraniana y otras zonas, provocando muertes de civiles, entre ellos niños, y amplios daños a infraestructura energética.
El plan propuesto por Occidente contempla una especie de tablero de paz supervisado, con participación de Estados Unidos, para vigilar el cumplimiento —aunque no es una paz integral, sino una pausa de facto.
Rusia persiste en exigir la anexión total del Donbás, la limitación de las fuerzas ucranianas y una influencia sobre Kiev, lo que dificulta un entendimiento cercano.
Occidente ya posicionó los activos congelados de Rusia como instrumento de presión y plantea condicionar ayuda a Ucrania con ese recurso.
Zelenski admitió que Ucrania difícilmente recupere todo su territorio mediante combate; por ello, la idea de una “línea congelada” aparece como alternativa práctica.
Esta coyuntura marca un cambio en la retórica ucraniana, más pragmática y abierta a fórmulas de salvaguarda antes que victorias completas.
El ambiente diplomático es tenso: la cumbre prevista entre Trump y Putin en Budapest quedó en suspenso ante la negativa rusa y la falta de avances reales.