CHIHUAHUA.- Luego del choque entre una Chevrolet Silverado y un Ford Focus, en los que viajaban, respectivamente, dos comandantes del Centro de Readaptación Social (CERESO) número 1, en Aquiles Serdán, y dos jóvenes —un hombre y una mujer de entre 18 y 20 años—, surgieron versiones contradictorias: mientras unas confirman que los agentes presentaban aliento alcohólico y que les decomisaron dos botellas de whisky, otras lo descartan y lo catalogan como una «vil mentira».
Según los reportes preliminares, ayer por la noche los jóvenes, a bordo de su Ford Focus, circulaban de este a oeste, sobre el boulevard Juan Pablo II cuando, al intentar dar vuelta a la avenida Quinta Real, la pick-up de los Agentes Ministeriales, con rumbo al aeropuerto, se impactó con ellos y provocó que salieran desprendidos hacia un señalamiento, en donde terminaron lesionados y atascados entre los fierros de su carro. Hasta el momento se desconoce quién fue el auténtico responsable del percance.
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Una vez reportado el acontecimiento al número de emergencias, llegaron agentes de la Policía Municipal, quienes solicitaron el apoyo de bomberos, paramédicos y rescatistas de la Cruz Roja para liberar a los jóvenes prensados en su automóvil. Al cabo de unos minutos, lograron sacar a la mujer. Sin embargo, para salvar al hombre, cuyo cuerpo se encontraba más prensado, se vieron en la necesidad de desprender la capota del vehículo y destrozar gran parte de él.
A partir de ahí comienzan a discrepar las versiones: de acuerdo a algunas fuentes, los elementos resultaron con lesiones menores —uno terminó con golpes en la cabeza, mientras que el otro con rozaduras en el cuerpo—, mientras otras aseguran que los cuatro resultaron con heridas de gravedad, por lo que fueron trasladados de urgencia a un hospital para recibir atención médica.
Asimismo, trascendió que, en el lugar del accidente, integrantes de la Policía Vial les decomisaron a los comandantes dos botellas de Whisky medio llenas y les detectaron aliento alcohólico. Por otra parte, un portavoz de la Fiscalía General del Estado (FGE) refirió que ninguno de los involucrados se encontraba en estado de ebriedad y especuló que de llevarlas consigo, las bebidas habrían sido consumidas con anterioridad, durante las festividades.
Dijo: «Es una vil mentira. Fue ahí un accidente. Y ni siquiera tuvieron ellos la culpa, ni traían botellas ahí tampoco, ni nada. […] Tal vez eran presentes abiertos días atrás, pero nada que ver con que ellos anduvieran alcoholizados, ni nada. […] Ellos no tuvieron la culpa. La pericial de tránsito, inmediatamente, dictaminó que ellos no eran responsables. […] Ellos fueron víctimas».
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