PAUSA.MX

Me lo imagino sentado a la orilla de la larga mesa, procurando pasar inadvertido.

Sumido en la silla.

Y a la hora de la foto, corrido hasta el penúltimo lugar deseando “salirse del cuadro” que el profesional de la lente está por captar.

Ahí lo veo, esta ocasión sin la arrogancia ni la mamonería con la que se inviste a diario antes de salir de su casa.

Esa arrogancia y esa mamonería por la cual algunos le conocemos como El Sultán.

Así, también, le gusta a él que le digan.

Pero ahora, estuvo ahí, como La Muñeca Fea de Francisco Gabilondo Soler, “temeroso de que alguien le vea”.

Pero estoy seguro, muy seguro, de que muchas de las miradas de los visitantes extranjeros estuvieron clavadas en él.

Porque, le apuesto a que, ya a bordo del avión que los conduciría a CDMX, la Casa Blanca les facilitó los dossiers de todos y cada uno de quienes asistirían a la reunión del jueves 31 de marzo en Palacio Nacional.

Y su dossier debe haber sido el más choncho.

No por su larga carrera político guion burocrática –desde director de Gobierno en el sexenio de Luis Echeverría, la secretaría general del CEN del PRI, pasando por dos secretarías de Despacho Presidencial, una gubernatura, senaduría, etc.–, sino por las muchas que debe y que los gabachos le tienen bien documentadas.

Sobre todo la DEA.

Sí, la agencia que administra las drogas –producción, mercadeo, cantidades de ingreso a territorio estadounidense–, aunque en apariencia, sólo en apariencia, diga que combate a quienes trafican con ellas.

Con la DEA tiene una deuda enorme,

Menor, eso sí, que la que tiene con el pueblo de México –el asesinato de Manuel Buendía… el fraude electoral de 1988… su muuuy explicable enriquecimiento al amparo del poder y de sus contactos con los maleantes, etc.–, pero que no le hemos sabido ni aún podido cobrar.

Los gringos sí van a ajustar cuentas con él, tarde o temprano.

Mientras, con darle “toques” eléctricos como los del anterior jueves están conformes.

Un negociador inservible

Por eso cabe preguntar, ¿cuál es la calidad moral que tiene el director general de la CFE para negociar con los estadounidenses los términos de la reforma eléctrica redactada por el propio Manuel Bartlett?

El Presidente López Obrador ya debe haber abierto los ojos cuando menos en ese tema.

Bartlett no le sirve ahí al frente de la CFE, sobre todo por la presión que sobre él y su precario gobierno ejercen la Casa Blanca, el Capitolio y los tycoons o magnates de la industria de energía del otro lado de la frontera norte, amenazados en sus derechos de propiedad por la llamada “reforma eléctrica”.

Bartlett no tiene cara para hacerles frente.

 

Y el otro negociador, ausente

Y mientras en su tercera visita a AMLO en tan sólo cinco meses el enviado personal de Joseph Biden para asuntos climáticos –lo que tiene que ver con los métodos de producción de energía— John Kerry reiteraban las preocupaciones que la Casa Blanca ha planteado sobre los cambios en la política energética de México, en referencia a la reforma eléctrica impulsada por el mandatario Andrés Manuel López Obrador…

Mientras Kerry, con el embajador Ken Salazar a un lado, anunciaba a los medios la existencia de un acuerdo por el cual su nación mantendría un equipo en México “para tratar de asegurarnos de que todo lo que surja del esfuerzo de reforma (eléctrica) refleje la mejor capacidad para seguir adelante”, aunque en realidad sea para vigilar que los intereses de los estadounidenses no se vean afectados…

Mientras todo eso sucedía, el titular de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard –quien supongo sí podría plantarles cara a los gringos—enrutado en una (in)oportuna gira por la sede mundialista en Qatar, luego por los Emiratos Árabes –desde donde mandó selfies— para finalizar en India.

Y mientras AMLO a punto de declarar una especie de Guerra de los Pasteles con los estadounidenses, negando, desmintiendo, desvirtuando incluso las declaraciones de Kerry.

Ya mostrará su reacción adversa personalmente cuando próximamente regrese a México ¡por cuarta ocasión!

Porque el señor López Obrador ya está como los británicos describieron a su antecesor Enrique Peña Nieto: “no entiende que no entiende”.

¿O sí?

Indicios

Al sinaloense Quirino Ordaz López debe tenerle sin cuidado la expulsión de lo que queda del PRI. Nunca hizo carrera político – partidista. Es, en realidad, un burócrata venido a más desde los tiempos en los cuales el cetemista Juan S. Millán gobernó Sinaloa. Un burócrata que dilapidó recursos públicos en publicidad personal y en vestuario para él y para su esposa. Un burócrata a quien todos le tomaron la medida: EPN, el narco, AMLO, otra vez el narco… ¡Qué pena con los españoles ante quienes va a representar a nuestro país, la verdad! * * * Sin su habitual cara de palo, abrazada a uno de sus colaboradores, ¡hasta sonriente!, la jefa de Gobierno de CDMX anunció que ya no será necesario usar cubrebocas en espacios abiertos de la localidad. En el peor momento. Porque pareciera que, aunque usa recursos de nosotros los contribuyentes para promoverse en la prensa internacional, la señora Claudia Sheinbaum no se entera de lo que esta reporta: el creciente número de contagios de Covid-19 en ciudades asiáticas y, apenas, en la capital del Reino Unido. Estamos aún a tiempo de evitar que la pandemia vuelva a hacer estragos en la salud y la vida de los mexicanos, pero para ella la precampaña es primero. * * * Y toda esta semana la mayoría de los ciudadanos sólo seremos testigos de cómo los cuatroteros violan flagrantemente la ley que ellos mismos impulsaron y aprobaron, so pretexto de una consulta el próximo domingo que culminará con acres y condenatorios señalamientos en contra del INE. Todos violan la ley. Desde AMLO hasta el último de los beneficiarios de sus ayudas sociales. * * * Por hoy es todo. Feliz inicio de semana con nuevo horario. Y, como siempre, deseo que usted tenga ¡buenas gracias y muchos, muchos días!

Por AL PE

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