Curioso, enterarnos que el estado de Veracruz, como si se tratara de una persona, es amado por diversas latitudes del mundo, lo mismo por una chilanga de origen askenazi que, por un japonés, del cual ignoramos si ubicaba geográficamente a jarochas tierras.
De gira por la oriental nación, el diputado federal, Sergio Gutiérrez Luna, nos informa, suponemos loco de contento, que “Veracruz tiene un nuevo amigo, de gran confianza y fuerte aliado en Japón, el ministro de Asuntos Exteriores de ese país, Takei Shunsuke”.
Según el legislador: “el nuevo amigo del pueblo veracruzano fue invitado a visitar, cuanto antes, la entidad para disfrutar la alegría veracruzana y conocer la vasta riqueza cultural”.
Por otro lado, la diputada Guadalupe Chavira, sostuvo en Xalapa que “Claudia (Sheinbaum), tiene un entrañable cariño por Veracruz, ella tiene conocimiento, es una mujer que ha defendido por mucho tiempo la agenda sustentable y Veracruz representa esa posibilidad para el país por la riqueza, por la biodiversidad, por su naturaleza y todo lo que conlleva, Veracruz es para nosotros el alma también de lo que significa la transformación”.
De la anterior cantinfleada, concluimos que Veracruz es alma, corazón y vida de la 4T, de acuerdo a la Chavira, por lo tanto, la señora Sheinbaum nos lleva (suponemos que por ‘Veracruz’ se refiere a los electores), siempre en su mente.
Si dejamos la mezquindad a un lado, después del aterrizaje del Air Force One en el AIFA y las sendas declaraciones de amor, debemos ser felices sin pretexto alguno.
Lo olvidábamos, otro motivo de regocijo, es comprobar que ‘no son iguales’.