El Estado de Texas llevó a cabo la ejecución de Ramiro Gonzales este miércoles por la noche, quien fue condenado por el secuestro, agresión sexual y asesinato de Bridget Townsend en enero de 2001.

La ejecución, realizada mediante inyección letal, tuvo lugar en la penitenciaría estatal de Huntsville a las 6:50 PM, marcando el fin de una larga lucha legal que buscaba evitar su muerte.

Gonzales confesó el brutal crimen, que cometió cuando tenía 18 años. Secuestró a Townsend, de 18 años, en una casa al noroeste de San Antonio, la llevó al rancho de su familia en un condado cercano, la agredió sexualmente y luego la mató a tiros. Sus restos fueron hallados dos años después cuando Gonzales confesó el crimen mientras cumplía dos cadenas perpetuas por el secuestro y violación de otra mujer.

En su juicio de 2006, el psiquiatra Edward Gripon testificó que Gonzales probablemente volvería a cometer delitos violentos y lo consideró un mal candidato para la rehabilitación.

Años después, Gripon cambió su opinión tras volver a hablar con Gonzales, afirmando que no creía que representara un peligro futuro si su sentencia se conmutaba a cadena perpetua sin libertad condicional. A pesar de esto, la Corte Suprema decidió no frenar la ejecución.

Los abogados de Gonzales presentaron múltiples apelaciones, argumentando que tenía un buen comportamiento en prisión, que no representaba un peligro para el futuro y destacando su dedicación al ministerio cristiano y sus intentos de donar un riñón. También señalaron su infancia traumática y estudios que sugieren aumentar la edad mínima para la pena de muerte a 21 años, basándose en el desarrollo cerebral. No obstante, todas las apelaciones fueron desestimadas.

La madre de Townsend, Patricia, expresó su satisfacción por la ejecución, que coincidió con el cumpleaños número 41 de su hija.

«Cuando me dijeron que (la ejecución) era el 26 de junio, me puse a llorar, a llorar y a llorar. Ese es su cumpleaños», declaró a USA Today.

En sus últimas palabras, Gonzales expresó remordimiento por sus acciones.

“Lo siento, no puedo articular. No puedo poner en palabras el dolor que he causado a todos ustedes”.

Esta es la segunda ejecución en Texas en lo que va de 2024, siguiendo la de Iván Abner Cantú en febrero. Según el Centro de Información sobre la Pena de Muerte, ya se han llevado a cabo nueve ejecuciones en Estados Unidos este año.

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