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Un aproximado del 90% de los incendios forestales en la entidad federativa, según afirma la versión gubernamental, surgen debido a algún «descuido humano», mientras que una fracción mínima, no cuantificada por las autoridades, guarda relación con enfrentamientos entre bandas rivales del crimen organizado.
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Humberto Molinar Hernández, director de Desarrollo Forestal y Recursos Naturales, refirió que, de las 7 millones 400 mil hectáreas que conforman la Sierra Tarahumara, una superficie de 127 mil fue afectada por algún incendio durante 2024, mientras que 34 mil han sido consumidas en el año en curso.
Los siniestros —dijo— afectan en promedio un 78% de hojarasca y pastizal y un 2.4% de árboles adultos que tardan entre 25 y 30 años en recuperarse.
La causa más común, indicó Molinar Hernández, obedece a actividades humanas: el encender una fogata, o incluso el arrojar una colilla de cigarro, suele conllevar al origen de un incendio forestal ante las inclemencias del tiempo, como intensas ráfagas de viento, poca humedad y altas temperaturas, con énfasis en la zona serrana.
Mencionó que, por estos factores, Chihuahua suele presentar entre semana cerca de siete incendios forestales por día, mientras que durante las festividades por Semana Santa las incidencias aumentan hasta a veinticuatro. Mas no descartó que, en menor medida, la ignición suele ocurrir por obra de cárteles del narcotráfico.
«En algunas ocasiones los enfrentamientos entre grupos delictivos genera algo de combustible y de ahí nos derivan algunos incendios. Pero, puntualmente, es por descuido humano. […] El año pasado en Bocoyna había alguien mal de sus facultades e iba prendiendo fuego. […] Son los menos [por la delincuencia organizada]; los más son los descuidos», puntualizó.
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