La potente mordida destruyó la tabla, lanzándolo al agua; sin embargo, logró volver a la orilla casi de inmediato, visiblemente conmocionado, aunque sin lesiones.
Una testigo, la instructora de yoga local Kym Falvey, describió el momento como explosivo:
«El tiburón le mordió la tabla justo detrás de su cuerpo, fue como una explosión; la tabla salió volando por los aires”.
Surf Life Saving NSW, la entidad de rescate local, cerró la playa de inmediato, colocó señalización de advertencia y desplegó drones para monitorear la presencia del tiburón en la zona.
Las autoridades identificaron al agresor como un gran tiburón blanco de entre 4 y 5 metros de longitud. Fue capturado posteriormente mediante un SMART drumline artefacto de pesca selectiva, marcado y liberado a mar abierto.
Dave Rope, vocero de Surf Lifesaving Far North Coast, calificó el suceso como una “escapada de estar muy, muy afortunado”, y sugirió que Ross podría considerarse con suerte como si hubiese ganado la lotería. Mientras tanto, el legendario surfista Kelly Slater comentó en redes sociales:
«Increíble que esté bien. Una muestra más de por qué temo nadar en mar abierto…”.
Expertos marinos atribuyen estos incidentes a la temporada migratoria de ballenas jorobadas, cuyo paso por la costa atrae grandes depredadores, incluidos los tiburones blancos, hacia aguas cercanas a la orilla.
Además, no es el primer ataque este año en la zona: hace menos de dos meses un joven de 16 años sufrió graves heridas tras ser atacado por un tiburón toro en el mismo lugar.