En las sombras de la noche, la colonia centro centro se tiñó de rojo con un nuevo episodio de violencia que dejó atónitos a sus residentes. Un hombre, de unos 35 a 40 años, fue víctima de una ejecución a sangre fría, convirtiendo las calles de la llave, entre 10ª y Ocampo, en escenario de luto y miedo. Ataviado con un pantalón táctico verde, tenis blancos y una playera negra, el individuo de complexión robusta se convirtió en blanco de disparos despiadados por parte de sujetos armados, que sin piedad, arrebataron su vida.
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La respuesta de las autoridades no se hizo esperar, desplegando una intensa movilización de las fuerzas del orden, que incluyó agentes de la policía municipal, la secretaría de seguridad pública estatal, Vial, la Guardia Nacional y elementos de la Sedena. El cordón de seguridad se erigió en un intento por comprender y controlar la violencia que se desató en pleno corazón de la ciudad, dejando en su estela un manto de incertidumbre y la firme convicción de que la lucha por la seguridad está lejos de encontrar su fin.
Cuauhtémoc Estrada, coordinador de los diputados de Morena, salió al paso de las acusaciones vertidas por la presidenta del Congreso, Adriana Terrazas, respecto a su ausencia en el evento de Claudia Sheinbaum en Ciudad Juárez. Estrada negó rotundamente la exclusión de militantes y los abucheos a nuevos integrantes, afirmando que el evento fue público y abierto, sin necesidad de invitaciones personalizadas. Aunque Terrazas alega lo contrario, el diputado sostiene que la convocatoria fue masiva y no excluyente, aunque sabemos como se las gastan los morenos y como le menosprecian a la gente.
En otro frente, Estrada abordó los incidentes ocurridos en el Centro de Reinserción Social (Cereso), expresando su decepción ante la aparente regresión en el manejo penitenciario estatal. A pesar de mejoras previas, el diputado manifestó su preocupación por la recurrencia de problemas en el sistema carcelario. Asimismo, respecto al traslado de reos de alta peligrosidad, Estrada confía en que estas acciones se ejecuten con el objetivo de fortalecer las condiciones de seguridad, llamando a prestar la atención debida a tan delicada situación.
Las tensiones han alcanzado su punto álgido con las revelaciones sobre el magistrado del Tribunal Estatal Electoral (TEE), Hugo Molina, quien ha sido señalado por algunos aspirantes a dirigir el organismo. Alegan que Molina se ha beneficiado de una conexión inapropiada al «sacarse la rifa del tigre», dado que su esposa ocupa el cargo de consejera en el Ichitaip. Este presunto conflicto de intereses no solo perjudicaría al magistrado, sino que también cuestiona la integridad del Gobierno del Estado. Ahora, aquellos que lanzaron las acusaciones se encuentran atrapados en el escrutinio público, sin una clara estrategia para gestionar la situación.
Los interrogantes planteados giran en torno a la posibilidad de tráfico de influencias y privilegios en un órgano que debería salvaguardar la justicia y mantenerse imparcial en el ámbito electoral. Aunque se argumenta que el magistrado no debería desconocer la relación con una consejera, los críticos sugieren que la situación podría ser más compleja, insinuando posibles conexiones con el testigo protegido Mario Trevizo. Mientras tanto, las últimas jornadas han estado marcadas por la descalificación de la gestión de Alejandro Rocha, a quien acusan de ser un nombramiento impuesto por la administración corralista, alegando falta de resultados y cuestionando la justicia en el sepelio de Rodolfo Leyva bajo la aparente simulación de autonomía del organismo. En medio de este escenario, la eficacia y el propósito del Ichitaip se ven comprometidos, como lo expresó un miembro de Morena al enterarse de los acontecimientos, señalando que «de poco sirve» un organismo que, a todas luces, enfrenta desafíos internos y cuestionamientos externos.
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