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Neyra Regalado, ex titular del Instituto Chihuahuense de la Mujer (ICHM), desapareció del ojo público tras un escándalo de acoso laboral y discriminación que la obligó a dejar su cargo en medio de señalamientos y un ambiente de tensión dentro de la institución. Sin embargo, lejos de desaparecer, la exfuncionaria fue “resguardada” en un área casi invisible de la Secretaría de la Función Pública, donde se dice sigue laborando en un sitio discreto, pero con un jugoso salario. Mientras en su anterior puesto la responsabilidad y los resultados brillaron por su ausencia, Regalado ahora recibe un sueldo base de 21 mil pesos más una compensación adicional de 33 mil pesos, un total que parece no reflejar ningún rendimiento tangible ni compromiso con la transparencia y la justicia social que su antiguo cargo demandaba.
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Columna política | El Caballo trota con sed de justicia, mientras la Fiscalía trota… pero sin rumbo
Mientras la Fiscalía General del Estado sigue cabalgando en círculos con investigaciones lentas y pocos resultados, quien sí decidió tomar las riendas —al menos en el discurso— fue el diputado federal de Movimiento Ciudadano, Alfredo «El Caballo» Lozoya. A falta de respuestas contundentes de las autoridades, el excalde de Parral lanzó un mensaje que cimbró las redes: ofreció una recompensa a quien dé con el paradero del presunto feminicida de la maestra Lucero Zapién Urbina, brutalmente asesinada en su domicilio. El mensaje fue directo: “no me quedaré de brazos cruzados”. Subió la foto del sospechoso y pidió ayuda a la ciudadanía. Un gesto que, aunque simbólico, puso en evidencia el vacío institucional y el hartazgo social.
Lozoya no solo se colgó la medalla del “justiciero”, también dejó en claro que la seguridad de las mujeres en Parral sigue siendo una deuda impagada. Su activismo digital, con tintes de campaña permanente, se enfrenta a una Fiscalía que guarda un silencio que ya resulta ofensivo para las víctimas. Mientras las autoridades estatales se pierden en comunicados tibios y evasivas, “El Caballo” se monta al clamor popular. Quizás lo que más indigna es que, en este escenario, la única respuesta contundente no venga de una institución pública sino de un político en busca de reflectores… pero al menos, alguien hace algo. Aunque sea por redes.
Los Lobos de la DSPM lo vuelven a hacer; ahora este grupo anti Bonilla se le fue con todo a Julio Salas, a quien responsabilizan de la inestabilidad de sus compañeras como es el caso de la controversial Cindy Vaquera, agente policial, que ha causado gran revuelo en su colonia por exhibicionismo, presumiendo la “tuneada” y amanerándose a sus colegas porque disque es allegada al jefe Salas.
También, despotricaron en contra de Blanca Amador, quien fue colaboradora durante la gestión de Marco Quezada y no ha podido reintegrarse al Municipio, por lo que abrió su podcast de entrevistas bien chairas y con línea anti Ayuntamiento, algo así tipo Punto G.
Ademas, las tacharon a ambas de ser adictas al llamado colágeno juvenil y haces desmanes en casa bien erotices sin que haya ley que las detenga; al menos, eso es lo que dice este grupo de policías inconformes que tienen más fuerza en redes sociales y son el dolor de cabeza de la corporación.
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