Chihuahua sorprende al salir del podio de los estados más violentos de México según las cifras del INEGI. Por primera vez en nueve años, se posiciona en el séptimo lugar, registrando una tasa de 53 homicidios por cada 100 mil habitantes y un total de dos mil 16 ejecutados durante el 2022. Aunque la inseguridad continúa siendo el principal reto para las autoridades, la reducción en la cantidad de ejecuciones es innegable, dejando atrás la época más cruda de la narcoguerra entre 2009 y 2011, cuando el estado era líder indiscutible en homicidios con más de 4 mil 500 al año y una tasa superior a los 120 por cada 100 mil habitantes.
Sin embargo, aunque la situación ha mejorado, los cárteles de la droga siguen dejando luto en miles de familias y la violencia sigue siendo un problema urgente a resolver. En el listado, Colima ocupa el primer lugar con 113 muertos por cada 100 mil habitantes, seguido por Zacatecas con 87, Baja California con 70, Guanajuato con 68, Sonora con 58 y Morelos con 57. La disminución de ejecutados en Chihuahua es una señal positiva, pero la lucha contra la inseguridad debe mantenerse como prioridad para lograr un ambiente de paz y tranquilidad en la entidad.
Te puede interesar: ¡Arriba la democracia!: Stylo Libre
Luis Fierro Ramírez, el controvertido exrector de la Universidad Autónoma de Chihuahua (UACH), ha reaparecido en escena ocupando un incomprensible puesto de alto nivel en la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Investigación Superior (Anuies). Sorprendentemente, ahora ostenta el cargo de Director General de Fortalecimiento Académico en dicha asociación, a pesar de los escándalos pendientes de investigación y sanción que dejó tras su gestión en la UACH.
Resulta desconcertante cómo una figura con tantos cuestionamientos y señalamientos logra ocupar una posición clave en la Anuies, mientras sigue siendo profesor investigador de tiempo completo en la misma universidad chihuahuense. Recordemos que su polémico plan del Nuevo Modelo Educativo UACH-DS dejó secuelas en los programas académicos, afectando a los estudiantes que aún cargan con las consecuencias de aquella fracasada iniciativa.
La doble función de Fierro, desempeñándose simultáneamente en ambas instituciones, genera interrogantes sobre su capacidad para fortalecer la academia, especialmente cuando se cuestiona su desempeño y responsabilidades en la UACH. Es imperativo que las autoridades de la universidad revisen esta situación y realicen un reordenamiento a profesores para asegurar que los docentes cumplan con sus obligaciones y responsabilidades en la máxima casa de estudios, evitando que alguien reciba sueldo sin cumplir con la docencia presencial y demás tareas asignadas. Es hora de abordar estos temas y garantizar la integridad académica y administrativa de la UACH.
Luis Fierro Ramírez, el controvertido exrector de la Universidad Autónoma de Chihuahua (UACH), ha reaparecido en escena ocupando un incomprensible puesto de alto nivel en la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Investigación Superior (Anuies). Sorprendentemente, ahora ostenta el cargo de Director General de Fortalecimiento Académico en dicha asociación, a pesar de los escándalos pendientes de investigación y sanción que dejó tras su gestión en la UACH.
Resulta desconcertante cómo una figura con tantos cuestionamientos y señalamientos logra ocupar una posición clave en la Anuies, mientras sigue siendo profesor investigador de tiempo completo en la misma universidad chihuahuense. Recordemos que su polémico plan del Nuevo Modelo Educativo UACH-DS dejó secuelas en los programas académicos, afectando a los estudiantes que aún cargan con las consecuencias de aquella fracasada iniciativa.
La doble función de Fierro, desempeñándose simultáneamente en ambas instituciones, genera interrogantes sobre su capacidad para fortalecer la academia, especialmente cuando se cuestiona su desempeño y responsabilidades en la UACH. Es imperativo que las autoridades de la universidad revisen esta situación y realicen un reordenamiento a profesores para asegurar que los docentes cumplan con sus obligaciones y responsabilidades en la máxima casa de estudios, evitando que alguien reciba sueldo sin cumplir con la docencia presencial y demás tareas asignadas. Es hora de abordar estos temas y garantizar la integridad académica y administrativa de la UACH.
NOTICIAS CHIHUAHUA