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La reunión entre Patricio Martínez, presidente del Fideicomiso del Centro Urbano e Histórico de la Ciudad de Chihuahua, y Claudia Portillo López, presidenta de la Asociación de Comerciantes del Centro (Cocentro), ha puesto de manifiesto una preocupación persistente: la creciente inseguridad en el corazón de la ciudad. Si bien la propuesta de instalar tapaderas antirobo en las tomas de agua parece una medida sensata, esta respuesta reactiva deja entrever la falta de estrategias proactivas por parte de las autoridades. En lugar de abordar las raíces del problema, se opta por parches que no abordan las causas profundas del deterioro urbano y la delincuencia, perpetuando así un ciclo de ineficacia y desconfianza en las instituciones.

Además, la ausencia de una cifra clara para este proyecto sugiere una falta de transparencia en la gestión de recursos públicos. Sin una estimación financiera precisa, los contribuyentes quedan en la oscuridad respecto a cómo se utilizarán sus impuestos, lo que alimenta la percepción de opacidad. Mientras tanto, temas cruciales como la revitalización económica del centro y la creación de oportunidades para los comerciantes locales parecen quedar en un segundo plano, eclipsados por soluciones superficiales que no abordan los desafíos estructurales de la comunidad. En última instancia, esta reunión solo sirve para resaltar la falta de liderazgo y visión a largo plazo en la gestión política del centro de la ciudad.


La constante vulnerabilidad del ducto de Petróleos Mexicanos (Pemex) se pone nuevamente en tela de juicio con el descubrimiento de otra toma clandestina de huachicol, esta vez en el lecho de un río que atraviesa la avenida Fuerza Aérea, cerca del Rancho Guadalupe, evidenciando un problema que ha cobrado fuerza en los últimos seis meses en la zona norte del municipio de Chihuahua. La falta de medidas preventivas por parte de la paraestatal, como denunció el alcalde Marco Bonilla, es motivo de preocupación, especialmente cuando se recuerda la promesa del presidente Andrés Manuel López Obrador de erradicar este tipo de actividades ilícitas, optando por el transporte mediante pipas en lugar de los ductos.

Los recientes hallazgos de tomas clandestinas, como en los Médanos de Samalayuca y El Sauz, así como el descubrimiento de un depósito clandestino en Nuevo Delicias, son indicadores alarmantes de la persistente actividad criminal en la región, con enfrentamientos, muertes y una red de distribución clandestina que opera a plena vista de las autoridades. La preocupación expresada por el regidor Issac Díaz respecto a la tolerancia delictiva y el riesgo para las comunidades locales subraya la necesidad urgente de acciones enérgicas por parte de las autoridades competentes, incluida una investigación exhaustiva por parte de la Fiscalía General de la República para abordar este flagelo que pone en peligro la seguridad y el bienestar de la población.


Un vergonzoso episodio sucedió el pasado viernes, cuando el precandidato de Movimiento Ciudadano a la alcaldía, Kike Valles, se aventuró a pintar de naranja el monumento en honor a Luis Donaldo Colosio, con motivo de su 30 aniversario luctuoso. Resulta irónico cómo Valles, proveniente del PRI, mostró una falta de respeto hacia la memoria de uno de los militantes más prominentes de la historia del partido, ahora convertido en mártir. Quizás influenciado por la proximidad de su hijo, Luis Donaldo Colosio Riojas, alcalde de Monterrey y miembro de Movimiento Ciudadano, Valles ignoró la historia y los ideales claros de Colosio, encontrando el rechazo inmediato del Ayuntamiento que reparó los daños antes de que el PRI celebrara un evento en honor al líder.

Larespuesta del Ayuntamiento evidencia el desdén hacia la imprudencia de Valles, mientras que la intervención de Alex Domínguez, líder moral del PRI en el estado y candidato al Distrito 08 Federal, marca un recordatorio contundente de los valores y la trayectoria de Colosio bajo la bandera tricolor. Este incidente, efímero pero revelador, pone de manifiesto la importancia de la memoria histórica y la fidelidad a los principios partidistas en el intrincado escenario político local.


En  Ciudad Juárez, la salida del alcalde Cruz Pérez Cuéllar rumbo a su campaña por la reelección deja un vacío temporal que será llenado por el experimentado profesor Martín Chaparro. Este último, respaldado por una meticulosa preparación que abarca el análisis del entorno político, social y electoral, se enfrenta al desafío de liderar la ciudad más grande bajo el estandarte de Morena, mientras que el PRIAN, ávido por recuperar terreno, observa atentamente. Pérez Cuéllar, por su parte, deja tras de sí un legado de operadores políticos clave para mantener la maquinaria del cabildo en marcha, al tiempo que confirma la designación de Chaparro como su sucesor interino, destacando su experiencia política y administrativa, y el respaldo explícito del propio AMLO, quien reconoce su valía como fundador del partido.

Ciudad Juárez se convierte en un campo de batalla estratégico donde se ponen a prueba las habilidades y el respaldo partidista. Mientras Chaparro asume la responsabilidad temporal, los ojos están puestos en Pérez Cuéllar, quien, respaldado por sus operadores y el aval de la máxima figura del partido, busca asegurar su continuidad al frente del municipio. Sin embargo, en este escenario fluido y competitivo, cada movimiento político es crucial, y el destino de la ciudad pende en el equilibrio entre el legado de Morena y los anhelos de la oposición por recuperar su «joya de la corona».

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