NOTICIAS CHIHUAHUA
La eficacia de las autoridades federales quedó demostrada con la detención sin violencia de una persona buscada desde hace tiempo, sin un solo disparo ni alboroto. Elementos castrenses y de la Guardia Nacional lograron capturar al individuo, quien, según autoridades estatales y municipales, operaba bajo la protección de policías locales que facilitaban sus actividades. Este operativo resalta, una vez más, la corrupción arraigada en la policía municipal de Chihuahua, evidenciada por un audio que vincula a ciertos elementos con actividades ilícitas previas. Aunque existen buenos elementos, probablemente relegados a escritorios o en proceso de profesionalización, otros en campo parecen priorizar beneficios personales, desencadenando un efecto dominó que perjudica a sus compañeros y a la institución.
Te puede interesar: Asegura AEI documentos en oficina de Grupo Pacheco en Distrito 1
Por otro lado, esta detención no debe desviar la atención de la sociedad, que clama por justicia para Jasiel, un pequeño que perdió la vida a manos de su padrastro transexual. La ciudadanía exige que no decaiga el interés en este caso y que se castigue con firmeza al responsable de tan aberrante crimen. La justicia debe seguir su curso, asegurando que el delito y asesinato no queden impunes, mientras se espera que las autoridades locales reflexionen sobre su papel y las consecuencias de sus acciones en los próximos días.
Resulta que esta semana al Municipio de Chihuahua se le juntó el ganado. No es metáfora: mientras atendían a las familias evacuadas del fraccionamiento Monte Xenit, también llegaron comerciantes ambulantes que buscaban espacio para ser escuchados. El problema fue que los primeros llegaron primero, y los segundos se enojaron porque “les ganaron el lugar”. Nada nuevo bajo el sol: en Chihuahua, el espacio público se pelea a codazos, con o sin permiso.
La reunión, por cierto, era ayer como parte de la organización previa para la prometida “mañanera inmobiliaria” que se presentará en un ratillo. Una especie de ejercicio semanal de transparencia y control de daños, donde el Municipio intenta explicar cómo va eso de atender a las familias desalojadas, evaluar bardas, responsabilizar a desarrolladores, canalizar recursos y no dejar cabos sueltos… aunque los haya.
Los comerciantes, por su parte, no querían menos. No llegaron con dictámenes de Protección Civil ni con actas extraordinarias, pero sí con el reclamo de siempre: quieren que los dejen vender. Solo que ahora se toparon con una situación de emergencia que les arrebató el micrófono y la atención. Y es que en la lógica urbana chihuahuense, si no gritas más fuerte, te quitan la banqueta.
Mientras tanto, el Municipio sigue prometiendo soluciones: más de 8.9 millones de pesos aprobados para estudios técnicos, apoyos de renta, alojamiento, asesoría jurídica y hasta atención psicosocial para los afectados de Monte Xenit. Eso sí, por más millones que se anuncien, nada garantiza que las respuestas lleguen al ritmo de la emergencia.
Así que sí, se les juntó el ganado. Unos con demandas urgentes, otros con necesidades permanentes. Y entre todos, el Ayuntamiento intentando ordenar el desorden sin que se le desborde la escena. Veremos hoy si la mañanera inmobiliaria alcanza para todos o si habrá que repartir el micrófono por turnos… o por decibeles.
Tras la detención de El Verín el pasado martes en la madrugada, ha salido a la luz que a los que les andan temblando las corvas son nada menos que al jefe de la policía municipal, Julio César Salas González y al mismo alcalde Marco Bonilla.
Para muestra de ello, es que a los elementos municipales con todo y halcón y mamba desfilera, no los voltearon a ver para nadota, les aplicaron la de la chaviza: el GPI.
Es por todos bien sabido que una gran cantidad de elementos de la municipal jalaban para el Verín en eso de la cuidada de tienditas y picaderos, sobre todo los del norte de la ciudad.
Sabían los agentes municipales cuando El Verín salía a la calle, a donde le gustaba ir a echarse unos tragos e incluso el hellcat que tripulaban él y su cuñado.
¿O ya se les habrá olvidado al alcalde y al jefe de la municipal el flamante incidente del poli que le dijo al Verín que le hablara bonito?.
Un grupo de ciudadanos está esperando la próxima sesión de cabildo para presentar una interesante iniciativa, la cual consiste en cambiarle el nombre a la ciudad a BACHIHUAHUA.
No es para menos, a Marco Bonilla y su gente de obras públicas, les hace falta darse una vuelta por las avenidas Universidad, Colón, Tecnológico, Juan Escutia y ni se diga la José María Iglesias.
Los recorridos del alcalde que de unos años para acá cambió su tono de voz a gente adinerada de medio pelo, no son más que del periférico de la juventud, la Teófilo Borunda y la Cantera.
Ni que decir de las calles y avenidas que por muchos años fueron sus territorios antes de hacerse funcionario, como Las Industrias, la Dostoyevsky y Los Nogales, parece que los misiles israelíes cayeron ahí
A ver como reacciona la gente de Bonilla cuando vean la iniciativa y salgan a decir que esos baches están desde que Marquito era alumno del bachilleres o de la secundaria de Chihuahua 2000, esa donde la raza aprende a correrle de los cholos.
NOTICIAS CHIHUAHUA