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El alcalde de Urique, Heber Langarica, parece más preocupado por quedar bien con ciertos grupos que por la seguridad real de su municipio. Su rechazo al Mando Único no sorprende, pero sí levanta sospechas sobre quién realmente se beneficia de su postura. Argumenta que la seguridad debe ser manejada solo por la policía municipal, como si en Urique la delincuencia estuviera controlada con discursos de prevención y talleres culturales. Además, descalifica a las fuerzas estatales y federales, asegurando que solo generan violencia, un mensaje que suena más a recado de quienes prefieren operar sin mayores molestias.
Mientras otros municipios buscan refuerzos ante el avance del crimen, Langarica insiste en su estrategia de “confianza y cercanía”, como si con buenas intenciones bastara para enfrentar a los grupos delictivos. Rechaza los exámenes de control y confianza para los policías porque “un papel no define a una persona”, pero no dice nada sobre los riesgos de tener elementos sin supervisión. Si el Mando Único es tan malo, ¿por qué hay tanta insistencia en bloquearlo? Tal parece que su prioridad no es la seguridad, sino garantizar que las cosas sigan como están.
El jefe Salas y compañía andan retecontentos y muy volados, con ganas de anunciar una sustanciosa disminución en homicidios en la capital, que incluso se han tenido días sin un evento, algo que presumirán la próxima semana con creces y con una sonrisa.
Dicen por ahí que en la DSPM están preparando una gran presentación con mandos policiacos y toda la cosa porque finalmente, a 20 días de este mes, no se han tenido ni un homicidio por día, algo que hay que celebrar, según se dice en los pasillos de la Comandancia Norte.
Nomás, hay que recordarle al comisario que todavía faltan 8 días para acabar el mes y cuatro para la siguiente “mañanera de seguridad”, así que no hay que cantar victoria, porque como ha sucedido en el pasado, cuando el “chamuco” sale, se nota y hace un despapaye, esperemos no sea así.
La que ya estalló contra la administración municipal, es la coordinadora de regidores de Morena, Elena Rojo, quien ya declaró que parece que los tres representantes morenistas están de adorno porque no les hacen caso en nada de nada y que sus compañeros de otros partidos parece que simplemente son empleados del alcalde, Marco Bonilla.
Según dicen ahí en el cuarto piso del Eloy S. Vallina, la regidora está decepcionada del Cabildo y que ahí solamente se dedicará a cobrar y hacer lo mínimo posible, porque ya no está para andar haciendo coraje.
También, lamentó que en la presentación del Plan Municipal de Desarrollo, el presidente municipal, actuó como si estuviera encampañado, especialmente, porque el “intro” del informe, fue notorio el recordar que Bonilla obtuvo los mayores votos en toda la capital en la pasada elección del 2024.
Otro detalle, fue lo lastimoso que fue el evento que parecía mitin del PAN, por el exceso de militantes y actores políticos azules que había, más pocos de los de la famosa alianza del PRI con el PRD, pero nadie de otros partidos o más representantes de la sociedad civil o de asociaciones o público más ciudadano.
Al parecer, continuará con su labor de hacer largos discursos y divagar en sus intervenciones, nomás para molestar a los de azul, pero a diferencia de sus compañeros más jóvenes, no piensa seguir en el juego para que todo lo que se vote, tenga que ser solo por mayoría a voluntad del alcalde o para su conveniencia sin razonar. “Que lo hagan otros”, al referirse a Hugo González, quien está más enfatizado a la labor política y a Miguel Riggs, que a su estilo, volverá a hacer ruido y circo.