NOTICIAS CHIHUAHUA
El suicidio sigue siendo un tema alarmante, y aunque recientemente se lanzó una campaña en su contra, el verdadero problema radica en la inversión de recursos en espacios que las nuevas generaciones no utilizan. Esta estrategia, más que un apoyo real, parece estar dirigida a impulsar la imagen política de ciertos actores. No se puede negar que Luis Arrieta está preocupado por la situación y ha trabajado en el tema.
Mientras tanto, en la ciudad hay espacios peligrosos, como los puentes, donde hace meses se propuso instalar vallas de seguridad para evitar que se conviertan en puntos de suicidio. Sin embargo, hasta ahora, la promesa sigue sin cumplirse. En lugar de proteger estos lugares críticos, los fondos se están destinando a otros proyectos, dejando abierta la puerta para que más personas con problemas de depresión encuentren una salida fatal.
El caso de los tres policías municipales detenidos por quedarse con parte del botín robado en una casa del fraccionamiento Quintas Montecarlo revela, una vez más, la podredumbre en las entrañas de las fuerzas de seguridad. El 20 de septiembre, la Policía Municipal se vanagloriaba de haber detenido a cuatro personas sospechosas de participar en el robo. Sin embargo, lo que no mencionaron fue que tres de sus propios agentes terminaron sucumbiendo a la tentación del dinero fácil, quedándose con una parte del botín. ¿Acaso creen que no nos daremos cuenta de sus fechorías cuando ni siquiera son capaces de guardar las apariencias?
Y como si fuera una novela de mala calidad, los sospechosos fueron liberados gracias a que misteriosamente parte del botín desapareció durante la detención. Ahora, la Seguridad Pública se verá obligada a ofrecer una explicación oficial, aunque todos sabemos que será un discurso vacío, diseñado para calmar las aguas mientras el sistema sigue podrido.
Pos aunque digan que los morenistas no tienen credibilidad en Chihuahua, tanto se vio revuelto en un problemón el alcalde Marco Bonilla, por unos cuestionamientos que hicieron sobre una propiedad recientemente comprada, que hasta tuvo el mismo que salir en redes sociales a aclarar la situación.
Según la oposición, el edil chihuahuita había comprado una casa de 17 millones de esos en una zona muy exclusiva y que no correspondía a sus ingresos, por lo que denunciaron posible corrupción.
Aunque todo esto se dio por redes y programas muy poco conocidos, les hizo ruido al Municipio, que hasta Marquito tuvo que hacer un video en el que aclaraba que la casa en realidad cuesta 8.5 millones y es mediante un crédito que tendrá que pagarla a 20 años, información que está totalmente transparentada en el Registro Publico de la Propiedad y cuya declaración patrimonial estará en la que le corresponde a más tardar en mayo del próximo año.
Con esto, queda resuelto el misterio, sin embargo, la realidad es que el Ayuntamiento tiene tan monitoreadas las redes sociales, que cualquier cosa les hace ruido, así que no es de sorprenderse que Comunicación Social con todo y su esquizofrenia, salgan a desmentir algún chascarrillo que diga cualquier hijo de vecina; todo, para que no se manche la imagen del alcalde, como siempre, una exageración.
Qué bonito es ver cómo la gente se compromete con sus creencias y especialmente aquellos que se animan a apadrinar a los hijos de amigos o familiares; todo esto muy tradicional y conservador de la iglesia católica.
Lo curioso es ver a una mujer que se declara feminista (ósea, todo en contra de la religión), de izquierda, que también contra la iglesia y obradorista, que publicó en sus redes sociales cómo se vuelve madrina al puro estilo del catolicismo conservador.
Pues ahí ta la senadora de Morena, Andrea Chávez, quien muy orgullosa posteo en su Instagram, como apadrina a dos cuatitas, Camila y Ximena, allá en Cuauhtémoc, en una iglesia católica muy lujosa por cierto, con un sacerdote, imágenes de santos y toda la cosa, algo muy raro de quienes se dicen ser totalmente izquierdosos y anti conservadores; ya más ejemplo de que las palabras solo son sonidos para endulzar oídos del pobre, mientras en las acciones es otra cosa, en fin, la doble moral de los políticos.