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Andrea Chávez ya comenzó su campaña rumbo a la gubernatura, y aunque no lo diga abiertamente, sus visitas a distintas partes del estado son un claro indicio. Este sábado estará en Camargo, donde se reunirá con los líderes del sector agrícola para hablar sobre distribución de agua y desarrollo agrícola. Sin embargo, todos saben que más que una simple reunión, es parte de su estrategia para ganar simpatía y apoyo, algo que necesitará si quiere enfrentar a un rival tan fuerte como Cruz Pérez Cuéllar.
Chávez tiene claro que el camino no será fácil. Aunque es senadora y ha ganado terreno en Morena, su competidor no es cualquier político. Pérez Cuéllar ya tiene un sólido apoyo en varias regiones del estado y cuenta con la experiencia de haber gobernado Juárez. Chávez, por su parte, está apostando por fortalecer su presencia en zonas clave como el sector agrícola, pero sabe que será una lucha ardua por la candidatura y, eventualmente, por la gubernatura.
El caso del agente Ali Ortiz es un claro ejemplo de cómo dentro de la Policía Municipal las venganzas internas parecen tomar protagonismo. Tras más de diez años de servicio y sobrevivir a un enfrentamiento contra criminales en 2018 que le dejó graves secuelas físicas y emocionales, Ortiz ahora enfrenta la posibilidad de ser despedido por haber dado positivo en un examen toxicológico. Sin embargo, lo que no se menciona es que su «positivo» es resultado de un tratamiento médico controlado por estrés postraumático, condición derivada de su labor en la misma corporación que hoy lo quiere fuera.
Todo apunta a que esto es más que una simple revisión de su expediente médico; es una vendetta interna. Ortiz ha sido vinculado con el grupo llamado «Los Lobos», un sector incómodo dentro de la Policía que, según dicen, no comulga con las líneas actuales de mando. Su solicitud de una audiencia para evitar su despido parece ser su último recurso frente a un sistema que quiere deshacerse de quienes consideran problemáticos, en lugar de reconocer su sacrificio y compromiso con el servicio público.
Le salió bien la jugada a Marquito y al comisario Salas de la nueva ola de violencia en El Sauz: La FGE oficializó los seis muertos de entre domingo y lunes en aquella zona, apenas terminó la mañanera de seguridad, esa que dan cada martes.
Salas no da datos nuevos o duros, es un resumen de los boletines que mandan una semana antes y, sabiendo que lo que anuncian o dicen se va a publicar porque si no truena convenios con algunos espacios, pero pues hágase su voluntad.
Las ruedas de prensa de los martes solo sirven para que el Alcalde siga dibujandose ante medios como el nuevo Avenger Chihuahuita, haciendo a un lado la zona de El Sauz, allá ni volteen.
Y hablando de la zona rural, quien se chamaqueó a todos en la sesión de Cabildo en El Charco, fue Miguel Riggs…Sí, ese; porque resulta que logró hacer mucho ruido para sacar foco de atención y en lugar de dejarlo hablar como merolico, cayeron en la trampa de contestarle y debatirle, etc, etc.
Bien dicen que más tonto el que discute con un loquito, así que si el objetivo del antes fiel seguidor del PAN, luego se vistió de naranja y ahora es más morenista que los de Morena, era retrasar los eventos del alcalde en el campo, pues lo logró.
Una sesión de Cabildo que debía acabarse temprano para que Marco Bonilla pudiera inaugurar obras y lucirse, se retrasó 2 horas con la palabrería de Riggs y las defensas de os regidores panistas.
Todo esto generó que la agenda del alcalde se adelantara, hicieran rápidas las entregas y salir rápidamente de ahí, ni alcanzó el buen marquito a botanear del chile colorado rural que tanto presume.
Con esto, todos cayeron en la trampa del ahora regidor de Morena, que fue más larga su intervención que la de sus compañeros; en fin, a ver si aprenden los de Relaciones Públicas, los del Despacho y especialmente, los de Comunicación Social. Porque uno solo pudo contra todo el aparato, ya que la idea era incomodar y alargarse.
Donde está peliaguda la cosa es en el Centro de Conciliación Laboral del Estado de Chihuahua, a cargo de Fausto Fortunato Barraza Arvizu, que ha contado con una serie de cambios en los recursos humanos, dentro de los que destacan despidos arbitrarios, y en ocasiones sin sustento legal que acredite ese tipo de movimientos, así como el manejo del mismo con creaciones de áreas y plazas laborales que no se ven establecidas dentro de la estructura orgánica del ente gubernamental descentralizado, lo que deja sin efectos muchas de las acciones que de este se desprenden.
con esto, están teniendo una incertidumbre jurídica para con los trabajadores y empleadores que requieren del servicio que brinda dicha dependencia, pues al no verse apegado a derecho su actuar, perjudica notablemente el objetivo de la creación de dichas instancias prejudiciales, y deja en mal el estupendo trabajo que se vino a realizar para la implementación de la reforma laboral en su segundo año de aplicación.
Además, muchas personas han salido de manera voluntaria simplemente porque ya no aguantan el mal trato, autoritarismo y estas conductas.
Pos ya se armó la gorda en toda la Secretaría del Trabajo y Previsión Social, de donde dependen el centro y cada vez se pone más difícil la situación y quien sabe hasta donde va a parar, porque aquellos que se fueron, ya advirtieron que interpondrán denuncias y quejas a Derechos Humanos, que podría tener aún más que las mismas corporaciones policiacas.