La presidenta Claudia Sheinbaum salió al quite por Rafael Ojeda Durán, quien fue secretario de Marina bajo AMLO, luego de que se destapara un caso de contrabando de combustible conocido como caso Farías Laguna.
Esta red involucraba a marinos, empresarios y exfuncionarios aduaneros, y fue detectada cuando llegó el buque Challenge Procyan al puerto de Tampico con diésel encubierto.
Sheinbaum aclaró que Ojeda había presentado denuncias desde 2023, pero que no fue posible actuar hasta contar con pruebas sólidas para proceder de forma legal y penalmente viable.
En las investigaciones también participó un exdirector de aduanas que ahora está como testigo protegido, lo que permitió avanzar sin filtraciones.
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Se presume que esta banda criminal tenía lazos con el CJNG (Cártel Jalisco Nueva Generación) y con su líder en Tamaulipas, César Morfín Morfín, alias “Primito”, ya sancionado por EE. UU.
Además, se investiga si el asesinato del contralmirante Fernando Rubén Guerrero Alcántar en 2024 está relacionado con estas denuncias.
La postura de la presidenta fue firme: Ojeda actuó con responsabilidad, y las detenciones se hicieron cuando había sustento legal sólido.
Este caso confirma hasta dónde pueden llegar las investigaciones y cómo el Estado actúa cuando tiene las pruebas necesarias.
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