«El Tribunal del Santo Oficio
Periodístico que pretende sostenercarece de autoridad profesional».
Julio Astillero En principio parecía una buena idea: crear una institución que diera al gobierno derecho de réplica ante la información falsa o tendenciosa de los medios de comunicación. El problema es que su portavoz se ha convertido en un simple ariete político que miente para obtener sus objetivos.
«Quién es quién en las mentiras» es, quizá, la sección más popular del programa mañanero de televisión del presidente López Obrador. El segmento genera un morbo especial. Lo encabeza una joven y telegénica mujer, Ana Elizabeth García Vilchis, que sufre, sin embargo, de serios problemas de lectura. Tiene también dificultades de coherencia. Algunas de sus frases, como «No es falso, pero se exagera» o «No es falso, pero no es verdadero», se han hecho famosas, pero como expresión de un humor involuntario.
El propio Presidente le dio un espaldarazo con sabor a burla el 8 de diciembre de 2021: «No sabe leer, pero no dice mentiras», afirmó. La conductora, sentada a su lado, no se inmutó. Se entiende. Gana 83,789 pesos mensuales, nada mal para una aspirante a periodista con carrera trunca en antropología social y cuya experiencia profesional previa fue ser coordinadora de contenidos web de La Jornada de Oriente. Además, su esposo René Sánchez Galindo trabaja también para la Presidencia, como director general de asuntos internacionales de la Consejería Jurídica, con un sueldo mensual de 102,205 pesos. A esta familia sí le ha hecho justicia la Revolución.
Pese a que el Presidente dice que García Vilchis no miente, la sociedad tiene otros datos. Nada más este 7 de septiembre afirmó, entre otras cosas, que el joven activista liberal argentino Agustín Antonetti es fundador de Atlas Network, una organización política estadounidense. El propio Antonetti respondió que nació en 2001, veinte años después de la creación de esa red, que data de 1981. «Quizás, las matemáticas no sean lo suyo», ironizó.
La conductora afirmó también que, en la Fundación Internacional para la Libertad que fundó Mario Vargas Llosa, participan Carlos Loret de Mola, la tuitera Glodejo, Claudio X. González, Lilly Téllez, Fernando Belaunzarán, José Antonio Crespo y una larga lista de otros. Ninguno lo hace. Belaunzarán y Crespo, de hecho, son socialdemócratas y difícilmente cooperarían en una organización liberal. García Vilchis también incluyó en la lista a «Nariz Roja, asociación que apoya a pacientes con cáncer y que ha apoyado protestas contra el gobierno de López Obrador». Nariz Roja respondió: «Le solicitamos derecho de réplica y sus disculpas públicas porque aquí lo único que golpeamos es el cáncer».
Pese a la acumulación de mentiras, García Vilchis no ofrece disculpas. El 31 de agosto afirmó que un video retuiteado, no originado, por el ex presidente Felipe Calderón, de una descarga de agua sucia en la bahía de Acapulco, era de una playa española. La Coordinación General de Comunicación Social de la Presidencia tuvo que reconocer, en un comunicado sin firma, que la imagen sí era de Acapulco y ofreció disculpas. Pero García Vilchis no comentó el error, o mentira, en su sección.
En julio de 2021 García Vilchis acusó a Julio Astillero de mentir por denunciar un despojo de 1,805 hectáreas en la sierra de San Miguelito en San Luis Potosí. El periodista respondió con pruebas y calificó a la «comisaria» García Vilchis de «imprecisa, tropezante, tendenciosa y demagógica». Hasta la fecha la conductora no ha ofrecido una disculpa pública. En el Tribunal del Santo Oficio ni se corrige ni se pide perdón.
· LA REINA Fue un referente de estabilidad y discreción en una monarquía parlamentaria. Su papel era influir, no gobernar. Lo cumplió con sobriedad y dignidad. Isabel II cometió errores, como todos, pero dejó un legado positivo en una época en que las monarquías tienden a desvanecerse.