Al contrario de lo que usted podría pensar el aumento al salario mínimo del veinte por ciento no corresponde en su totalidad a una política gubernamental dadivosa provocada por los efectos inflacionarios a nivel global.
La realidad es que este aumento en conjunto con las mejoras en otras prestaciones como las vacaciones. Viene relacionado a exigencias derivadas del tratado de libre comercio, porque los sindicatos y asociaciones laborales en Estados Unidos y Canadá exigieron que los sueldos en México deberán más altos para evitar que exista en Norteamérica una competencia desequilibrada por esas empresas que se deslocalizan de Asia a efectos del nearshoring y que vienen acompañados de aumentos salariales en todo el mundo; hay que comprender que el hecho de que miles de fábricas estén saliendo de China no significa otra cosa que el fin de la globalización. Recordemos que el país asiático cuenta con una población enorme de mil cuatrocientos doce millones de habitantes en cifras del 2021.
Esto provocaba que viviésemos un periodo en el cual la eficiencia de los recursos y la maximización de las ganancias fuese algo primordial en la manera de hacer negocios a nivel mundial. Porque al contar con tanto capital humano disponible para trabajar el mercado se abarato demasiado, al punto de casi esclavizar a algunos seres humanos por lo que durante las tres décadas pasadas tuvimos productos industriales a muy bajos costos.
El reciente desacoplamiento de las economías estadounidense y china ha causado la priorización de la geopolítica o seguridad nacional en lugar de la mencionada libertad de mercado.
Los países se encuentran en un momento del cual requieren crear regiones estilo Unión Europea para poder subsistir y las compañías al verse obligadas por las sanciones económicas se están enfocando en su supervivencia al tener que regresar en muchos casos a sus lugares de origen o a países cercanos como México en los cuáles sus operaciones no serán tan baratas, pero les permitirán llevar a cabo acciones que les ayuden sostenerse.
En conclusión, México es uno de los grandes beneficiados de estos movimientos y es por eso por lo que este factor le a permitido al peso mexicano no depreciarse ante el dólar, en conjunto con otros factores como las remesas, ingresos turísticos y en menor medida petroleros.