Un hecho insólito y alarmante sacudió a la comunidad religiosa de São Manuel, en el interior de São Paulo, luego de que un sacerdote fue acusado de golpear a una mujer de 62 años durante un supuesto exorcismo, en plena misa.
Lo que agrava aún más el caso es que el acusado, el padre João José Bezerra, no solo es religioso, sino también subcampeón mundial de jiu-jitsu.
El incidente ocurrió el pasado jueves 7 de agosto, en la Parroquia Nossa Senhora Consolata, donde el padre Bezerra se encontraba como invitado y se presentaba como exorcista. De acuerdo con el reporte policial, durante la ceremonia religiosa, se realizó la exposición del Santísimo Sacramento, momento en el que la mujer afectada se acostó en el suelo.
Fue entonces cuando, supuestamente, el sacerdote inició un “exorcismo” y la agredió con bofetadas, puñetazos y patadas, de inmediato, algunos asistentes intentaron detenerlo, y según testigos, el padre salió de la iglesia sin ofrecer explicaciones.
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Lo que sorprende aún más es el perfil del sacerdote, pues Bezerra es conocido en la región no solo por su actividad pastoral, sino también por sus logros en las artes marciales. En diciembre de 2023, visitó un proyecto de jiu-jitsu promovido por el Ayuntamiento de Cerqueira César, donde fue reconocido por su desempeño en competencias.
Según la administración local, el sacerdote fue subcampeón mundial en la categoría Master 3 cinturón marrón (hasta 88 kg), y gracias a este resultado, fue promovido a cinturón negro, siendo considerado el primer sacerdote brasileño en alcanzar ese rango, e incluso fue homenajeado por la Cámara Municipal tras lograr el tercer lugar en el Campeonato Sudamericano de Jiu-Jitsu este año.
Autoridades informaron que la víctima presentó fotografías de hematomas y un reporte médico que confirma las lesiones sufridas. El caso fue registrado como lesiones corporales en la comisaría de São Manuel, y las autoridades investigan lo sucedido.
Por su parte, la Arquidiócesis de Botucatu, responsable de la parroquia donde ocurrieron los hechos, lamentó profundamente lo sucedido y emitió un comunicado en redes sociales donde reafirmó que “las situaciones de violencia, de cualquier naturaleza, son absolutamente incompatibles con la misión de la Iglesia y el Evangelio”.
Además, se informó que el sacerdote fue suspendido cautelarmente de sus funciones y se abrió un procedimiento interno para investigar el caso.
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