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El presidente de Rusia, Vladimir Putin, anunció en televisión pública el lanzamiento de un misil hipersónico de medio alcance en contra de Ucrania, en un complejo militar-industrial ubicado en la región de Dnipró. Envió, así, un mensaje a Volodomír Zelensky y sus países aliados de Occidente: los amenazó con replicar los ataques, incluso en Estados Unidos, si no detienen las agresiones.
Las Fuerzas Armadas Rusas enviaron este jueves 21 de noviembre el misil de nombre Oreshnik, utilizado por primera vez, en un experimentar sus alcances destructivos. De acuerdo con Putin, alcanza una velocidad de entre 2.5 y 3 kilómetros por segundo, una velocidad indetectable para las tecnologías en posesión de Ucrania.
Mediante un vídeo de 8 minutos transmitido en la televisión pública nacional, Putin confirmó el impacto de Oreshnik, que no dejó personas heridas. Porque el país —dijo— «siempre ha estado y sigue estando dispuesta a resolver los asuntos controvertidos a través de medios pacíficos», de manera que, en el supuesto de replicar el lanzamiento, alertará a la población civil de Ucrania para que pueda abandonar la zona de peligro.
Oreshnik, en palabras de Putin, fue una respuesta a Estados Unidos y a Reino Unidos por fabricar y suministrar a Ucrania, en ese orden, las armas de largo alcance ATACMS y Storm Shadow, disparadas esta semana en contra de las regiones fronterizas de Briansk y Kursk, en Rusia. Aunque las Fuerzas Armadas Rusas repelieron ambos proyectiles, el dirigido a Kursk resultó con víctimas.
Putin responsabiliza a Zelinsky, al presidente estadounidense Joe Biden y al primer ministro británico Keir Starmer de interferir en el conflicto y tornarlo de escala global. «Occidente debe pensar con detenimiento. Si alguien pone en duda nuestro derecho de atacar de vuelta, se equivoca. Siempre habrá una respuesta», advirtió.
Rusia se declara en disposición a utilizar otra vez el nuevo misil en Ucrania, en Estados Unidos o en Reino Unido, y se encuentra «lista» en caso de cualquier escenario. Definirá su actuar a partir de la reacción occidental, y de forma recíproca a la agresividad que recaiga en su territorio.