La renuncia repentina del Ministro Zaldívar del poder judicial ha dejado una profunda impresión en la esfera política mexicana. No obstante, su inmediata adhesión a Claudia Sheinbaum no sorprendió a muchos, consolidando lo que ya se presumía: durante su mandato, Zaldívar siguió una agenda política afín al movimiento de la 4T, en lugar de centrarse en un compromiso con la justicia y el respeto a la Constitución.
Este acontecimiento también pone de manifiesto la relación de las dos ministras leales al presidente López Obrador: Yazmín Esquivel y Loretta Ortiz, que siguen en línea con la política del mandatario. En lugar de actuar con independencia y dignidad, el Senado probablemente seguirá el juego político de AMLO, reflejando la falta de integridad y ética en el sistema político mexicano.
Este movimiento, que parece estar relacionado con las elecciones del 2024, indica que el régimen actual está tomando medidas para evitar perder la mayoría calificada en el Senado de la República el próximo año. Morena busca asegurar que el nombramiento del sustituto del Ministro Zaldívar no dependa de la oposición, lo que plantea preguntas fundamentales sobre el respeto al Estado de Derecho, la división de poderes y el interés general de la población.