López Obrador ya lo confesó: Morena ganando la presidencia y perdiendo el Congreso dejaría de reinar y se vería obligado a gobernar. Pero si ganan Congreso y presidencia, antes de que termine su gobierno, en tan solo un mes, acaba con la Corte, los organismos autónomos, las Afores, la democracia, los medios y los partidos.
Leámoslo al revés: las oposiciones pueden no ganar la presidencia, pero si ganan el Congreso se acaba el despotismo de Morena: no más Lenías, no más Ernestinas, no más Taddeis; no más inconstitucionalidades, no más asignaciones directas ni opacidades, no más caprichos ni obras faraónicas, no más hijitos; no más mañaneras, no más lumpen.
¿Qué hace falta para que lo entendamos? El 24 son las elecciones del Congreso. Se puede o no ganar la presidencia, lo estratégico e indispensable es ganar el Congreso, con ello se controla el presupuesto, el gasto y la rendición de cuentas. ¿Es tan difícil entenderlo? Para ello hay que ganar en 100 ciudades (Liébano Saénz, Milenio, 06 i 24), no en las redes.
Las elecciones se ganan en las casillas votando. Los likes y los reenvíos no votan.
Vota por ti, piensa en el Congreso.