El presidente de Estados Unidos, Mr. Joe Biden, se comunicó telefónicamente con la presidenta, Sra. Claudia Sheinbaum, y se sabe que fue para felicitarla por llegar a la Presidencia de México.
Incluso nuestra jefa del Poder Ejecutivo, a través de sus redes sociales, ha difundido el hecho de cortesía y diplomacia política que le han manifestado.
“Recibí una llamada del presidente de Estados Unidos, Joseph Biden, en la que abordamos la cooperación bilateral en materia económica, comercial y cultural. Agradezco la felicitación tras asumir como la primera presidenta de México”.
La relación y convivencia entre México y Estados Unidos —históricamente y desde la Revolución Mexicana— han transitado entre lo complejo y lo terso, pero siempre en el marco del respeto entre vecinos con una buena vecindad, y donde la colaboración ha imperado.
Este 2024 cruzamos la frontera de los 200 años de las relaciones en términos diplomáticos entre los dos países, además fronterizos, y por si fuera poco, en un momento en el que se encuentra en revisión el T-MEC (Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá).
Amistades que han transitado y continúan sirviendo en el servicio exterior mexicano y de otras naciones me han transmitido en algunos momentos de conversación que la relación entre los dos países (México-EE.UU.) es una mezcla de fuerzas tan diferentes que, aun con debilidades y fortalezas propias de cada uno, hacen que en todo momento exista la tensión, incluso en los momentos donde pareciera que hay una relajada armonía, a pesar de la ubicación geográfica tan estrecha.
En el naciente sexenio de doña Claudia Sheinbaum, sin lugar a duda, los buenos oficios en tareas de “contacto social”, pero también con “el tacto político” debido, y en este caso del canciller Juan Ramón de la Fuente, será una arteria de comunicación que seguramente fortalecerá la relación de la señora presidenta con el presidente Biden, la Casa Blanca y el gobierno de Estados Unidos.
Esta primera llamada marca la pauta para otras que seguramente se estarán dando, y el engranaje del T-MEC será un termómetro para —seguramente— acrecentar la más plena y óptima relación que favorezca a la población de ambas naciones, mucho más allá de la Copa Mundial de Fútbol en 2026 que organizan entre los tres países firmantes del tratado comercial.
En la recta final de este año, ojalá que los ingresos de la economía nacional por las operaciones entre México y EE.UU. continúen siendo rentables para las comunidades de ambas naciones, pero que, junto con las tareas de los titulares de la Secretaría de Economía (Marcelo Ebrard) y la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (Rogelio Ramírez de la O), abonen a más llamadas telefónicas y hasta visitas de estado en torno a mejores alcances en materia de ingresos, exportaciones, la atracción de inversión extranjera directa en conjunto, así como mayores logros en lo energético, la agricultura, la cultura y el rubro laboral.
DE SOBREMESA
No debe pasar por alto la distinción que la señora presidenta Sheinbaum ha dado este primer viernes de octubre a Veracruz y los veracruzanos con su visita en ocasión de los 200 años de la promulgación de la Constitución Federal de los Estados Unidos Mexicanos (1824) y la creación de la Armada de México.
UN CAFÉ LECHERO LIGHT
De un alto significado que en el protocolo oficial de hace unas horas en el Puerto de Veracruz, además de los mandos naval y militar del gobierno de la república, y que encabeza la presidenta Sheinbaum, estuviesen el gobernador Cuitláhuac García Jiménez y la gobernadora electa Rocío Nahle García.
UN CAFÉ CON PILONCILLO
Ahí mismo, donde ahora estuvo la primera presidenta de México (explanada y faro de Don Venustiano Carranza), podría volver a estar el venidero 6 de enero en ocasión del 110 aniversario de la promulgación de la Reforma Agraria en México, y por supuesto también acompañada de doña Rocío Nahle García, gobernadora constitucional de Veracruz.
¡ES CUANTO!