Si la estrategia de seguridadno funciona desde hace casidos décadas, ¿por qué pensamos que algo cambiará cuando,más bien, ha empeorado?

Luis Cárdenas

Pues que sí, lo que ya sabíamos, habrá militares en la calle hasta el 2028 o más claro: será hasta el 2028 cuando volvamos a discutir si los regresamos o no a los cuarteles, en una de esas, ¿quién sabe?, es probable que casi acabando el siguiente sexenio volvamos a ver al Congreso desgarrarse en tribuna por mantenerlos, o no, hasta el 2040… Bueno, eso siempre y cuando aún quede algo de país.

Hay varias lecturas de este tema, particularmente la de seguridad y la que tiene que ver con el futuro político inmediato.

Primero, ¿resuelve en algo el problema de violencia extrema lo votado hace un par de días en el Senado?, No, no, nada.

Simplemente arroja la bolita a un cada vez más incierto futuro, aunque los “transitorios del transitorio” se cumplan y los militares, o sus supuestos “superiores civiles”, estarán obligados a “rendir cuentas”, en los hechos nada cambia, simplemente tendremos más pretextos, ahora en forma de comparecencias públicas, sobre el fracaso.

Ah, sí, eso del presupuesto no es más que un albur.

Ni las reglas quedan muy claras ni somos, precisamente, ejemplo de pulcritud en el manejo de los dineros, para como se han planteado las cosas no parece que tengamos policías civiles fortalecidos en 2028 sino, más bien, un enquistado Ejército que quizá requerirá de una verdadera guerra política para extirparlo.

Si la estrategia no funciona desde hace casi dos décadas, ¿por qué pensamos que algo cambiará cuando, más bien, ha empeorado?

Con el nivel de arrabal demostrado en la clase política, aún dista mucho el debate sobre la procuración de justicia, sobre el real combate a la impunidad que no pasa por leyes que encarcelan más sino por sistemas eficientes que capacitan a fiscales y jueces y castigan mejor a quien, realmente, hay que castigar, ¿será que esa discusión también la veremos hasta el 2028?, ¿hasta el 2040?, ¿hasta que fundemos un nuevo país?

Segundo, ¿tronó ya la alianza opositora?, pues sí y no.

Los dueños de los partidos, al final nos queda claro, lo ven todo más como votos y menos como empatía, son tan pequeños, tan débiles y tan patéticamente desesperados que no les queda más que ir juntos en algunas elecciones donde, quizá y con mucha probabilidad, terminen derrotados.

Como sea, esa Alianza no tenía mucho futuro desde el principio, vencer al lopezobradorismo requiere de mucho más que simplemente declararse antilopezobradorista.

Y ¿se rompió el bloque de contención constitucional en el Senado?, ¿el presidente podrá modificar la Constitución a su capricho?, parece que no necesariamente o al menos no tan fácil.

Sí, doblaron a algunos senadores del PRI y del PRD, pero esto huele aún a jugada de un solo tiro, ya veremos cuando discutan la reforma electoral de qué tamaño son las nuevas lealtades conquistadas por la 4T.

De Colofón.- Casi un hecho, el próximo Fiscal en Nuevo León será el excandidato del PRI a la gubernatura, Adrián De la Garza, el mismo que hizo públicos aquellos videos de la morenista Clara Luz Flores pidiendo consejos al líder de la secta NXIVM, Keith Raniere, sobre cómo gobernar.

Y aunque llega después de un buen tejido fino de negociaciones, no será un fiscal precisamente “cómodo”.

Y todavía faltan ¡725 días! para que termine el sexenio.

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