El gobierno de Estados Unidos decidió excluir a teléfonos inteligentes, computadoras portátiles y semiconductores de los aranceles recíprocos anunciados recientemente como parte de la estrategia comercial impulsada por el expresidente Donald Trump.
La exención busca evitar un incremento directo en los precios al consumidor y mantener competitiva la cadena de suministro tecnológica, principalmente en productos importados desde China. Los nuevos aranceles del 10% aplican a un conjunto de productos, pero no abarcan los mencionados dispositivos electrónicos de uso generalizado.
Trump, quien busca regresar a la presidencia, planteó esta medida como parte de una política de presión comercial, sin embargo, la exclusión de estos artículos respondió a preocupaciones sobre el impacto inflacionario y la dependencia tecnológica.
Los analistas destacaron que los teléfonos inteligentes, computadoras y chips representan una parte sustancial del comercio entre ambos países, por lo que su exención fue interpretada como un intento de limitar las afectaciones directas al consumidor estadounidense y evitar disrupciones en sectores estratégicos.