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En medio de una fuerte crisis migratoria que ha puesto en jaque el sistema de la “ciudad santuario”, Nueva York, la puerta de América, está cumpliendo 400 años de haber sido fundada, en la primavera de 1624, cuando los ingleses tomaron posesión de Manhattan.

Desde hace dos años han llegado a esta ciudad más de 170 mil migrantes, en su mayoría enviados en autobuses por el gobierno de Texas desde la frontera entre Estados Unidos y México.

En un principio, las autoridades neoyorkinas rentaron viejos hoteles, como el emblemático Roosevelt, para convertirlos en refugios para migrantes, pero han sido insuficientes las habitaciones y los recursos de la ciudad para atender a centenares de personas que han llegado, por lo que el año pasado se estableció un límite de 60 días de estadía en los refugios.

El viejo aeropuerto de Floyd Bennett Field, en el distrito de Brooklyn, ha sido utilizado por las autoridades para establecer un campamento de migrantes, pero esto no ha evitado que muchas personas utilicen algunas banquetas como dormitorio, principalmente en el barrio de Queens, donde la estación Jamaica del Metro se ha convertido en un mercado ambulante y en la avenida Roosevelt se formó un asentamiento de familias venezolanas que se conoce como la “pequeña Caracas”.

De igual manera, en las calles de Nueva York, principalmente en las esquinas de las zonas turísticas de Manhattan, han aparecido vendedores ambulantes de agua o de frutas, mientras que en los vagones del Metro ya es común ver a niños vendiendo dulces, en forma semejante a lo sucede en la Ciudad de México.

Ante esta crisis migratoria que tiene entrampadas a las autoridades, es comprensible que el cumpleaños de Nueva York este pasando casi desapercibido. Una excepción es la muestra titulada “Nueva York antes de Nueva York: el Plan Castello de Nueva Ámsterdam” que se presenta en el Museo de la Ciudad de Nueva York, ubicado en el 1220 de la Quinta Avenida, frente a Central Park.

La exposición, que se inauguró el 15 de marzo y estará abierta hasta el 14 de julio, está organizada en torno al histórico Plano de Castello, un mapa urbano de Nueva Ámsterdam, dibujado en 1660 por Jacques Cortelyou, topógrafo al servicio de la Compañía Holandesa de las Indias Occidentales, justo antes de que los ingleses tomaran el control de la ciudad en 1664 para renombrarla como Nueva York.

El Plan Castello es el mapa más antiguo conocido de la ciudad de Nueva York y su nombre se debe a que fue descubierto en 1900 en la villa de Castello, cerca de Florencia, que perteneció a Cosme de Medici, duque de Toscana.

Por su valor histórico, una fotografía del mapa, tomada en 1900, se exhibe en la Biblioteca Pública de Nueva York y hay una placa tridimensional de bronce, hecha por el escultor Simon Verity que se inauguró en 2010 en Battery Park, pero el dibujo, hecho a partir del original en 1665 y que el cartógrafo Joan Blaeu vendió a Cosme de Medici en 1667, forma parte del patrimonio de la Biblioteca Medicea Laurenziana de Florencia.

Además del famoso mapa, prestado por los florentinos a la Sociedad Histórica de Nueva York, la exposición incluye objetos y documentos de gran interés, entre ellos una carta en la que un administrador de la Compañía Holandesa de Indias llamado Pieter Schagen informó a sus superiores de cómo tuvo lugar la fundación de la ciudad.

En 1624 los habitantes originarios del lugar, pertenecientes a la tribu de los Lenape, accedieron a vender la isla de Manhattan por 60 florines (24 dólares) a los colonos holandeses. En 1664, cuando Nueva Ámsterdam se rindió a los ingleses, la ciudad fue rebautizada como Nueva York, en honor de Jacobo, duque de York, hermano de Carlos II de Inglaterra.

Nueva York fue una de las 13 colonias que jugó un papel político y estratégico fundamental en la Revolución Americana. Tras la Guerra de Secesión, se convirtió en una de las ciudades promotoras de la industrialización y principal puerto de entrada a Estados Unidos.

Entre 1892 y 1954, millones de inmigrantes llegaron al puerto de Nueva York y pasaron por la Isla Ellis, junto a la estatua de la Libertad, en su viaje para convertirse en ciudadanos estadounidenses.

En la historia de esta ciudad, que puede seguirse en las salas del museo, destaca la época Dorada y la construcción de mansiones y rascacielos, además de su riqueza multicultural y la vida nocturna de la ciudad que “nunca duerme” en Broadway.

Una apasionante historia, que ha sido tema de muchas historias en la literatura y en el cine, donde también hubo momentos traumáticos como la gran depresión de 1929, que se conoce como el crash de Wall Street, el ataque terrorista a las Torres Gemelas en septiembre de 2001, la crisis financiera global de 2008, la pandemia de Covid en 2020 y en años recientes, la crisis migratoria. RDM

Por AL PE

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