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El New England Patriots se impuso al New York Giants con un marcador de 33-15, en un partido que controló de principio a fin. Desde el primer cuarto, New England tomó la delantera con un gol de campo inicial y un espectacular regreso de despeje de 94 yardas para touchdown por parte de Marcus Jones. Esa jugada cambió la dinámica del encuentro y obligó a los Giants a jugar siempre a remolque.
El mariscal de campo Drake Maye volvió a mostrar por qué es una de las grandes promesas de la liga: completó 24 de 31 pases, acumuló 282 yardas y lanzó dos touchdowns sin intercepciones. Su visión de juego y confianza al lanzar mantuvieron activa la ofensiva de los Patriots.
Para la mitad del partido, los Patriots ya habían construido una ventaja de 30-7, con un ataque efectivo por tierra y aire, y una defensiva que limitó a los Giants a apenas 239 yardas ofensivas en los primeros dos cuartos.
El equipo de Nueva Inglaterra dominó las tres fases del juego —ofensiva, defensiva y equipos especiales— y controló el ritmo gracias a su superioridad física y táctica. Mientras tanto, los Giants nunca encontraron la consistencia necesaria para revertir el marcador.
Con esta victoria, los Patriots alcanzan marca de 11-2 y se consolidan como líderes de su conferencia, con la mira puesta en los playoffs. Para los Giants, la derrota representa su séptimo revés consecutivo, dejando su campaña en una posición muy complicada.
