En lo que va del año, más de dos mil 500 migrantes murieron o desaparecieron al intentar cruzar el mar Mediterráneo hacia Europa, informó ayer el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (Acnur).
Esa cifra es 50% mayor que las mil 680 personas fallecidas en el mismo periodo de 2022, dijo Ruven Menikdiwela, directora de Acnur en Nueva York, en una reunión del Consejo de Seguridad dedicada a la crisis migratoria en la región.
«El viaje desde la región de África Occidental u Oriental y el Cuerno de África hasta Libia y los puntos de partida en la costa sigue siendo uno de los más peligrosos del mundo”, afirmó la especialista.
En cuanto a los países de salida, agregó el organismo internacional, entre enero y agosto de 2023, más de 102 mil migrantes intentaron cruzar el Mediterráneo desde Túnez y 45 mil desde Libia.
«Los refugiados y migrantes que viajan por tierra desde África subsahariana corren el riesgo de morir y de sufrir graves violaciones a los derechos humanos a cada paso”, alertó Menikdiwela.
Esta cifra representa un incremento de 83% en comparación con el mismo periodo del año pasado.
En este contexto, ayer Italia presentó un nuevo proyecto de ley enfocado en los menores.
Según la iniciativa, los niños podrán ser acogidos temporalmente en albergues para adultos durante un plazo máximo de 90 días.
Además, se les harán pruebas médicas para determinar su edad, según el proyecto de decreto aprobado en un consejo de ministros.
Este dictamen todavía debe ser aprobado en el Parlamento.
«Esta medida es preocupante. No los podemos meter con los adultos”, advirtió ayer el portavoz del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) en Italia, Andrea Iacomini.
Actualmente, los menores no acompañados, madres con niños o mujeres embarazadas son trasladados a centros con servicios sociales y sanitarios, con el fin de lograr una integración social.