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Chihuahua capital enfrenta una crisis de violencia sin precedentes, con 361 asesinatos registrados hasta el momento y la alarmante proyección de cerrar el año con 400 homicidios. Esta cifra coloca a la ciudad entre las más peligrosas de México y pone en evidencia las serias limitaciones de las estrategias de seguridad del presidente municipal, Marco Bonilla. La situación demanda un replanteamiento urgente de las medidas implementadas, ya que la inseguridad en la ciudad afecta directamente la vida y la tranquilidad de sus habitantes.
A pesar de los esfuerzos anunciados por Bonilla, la ola de homicidios no cede, y los operativos en las zonas conflictivas parecen no ser suficientes para contener la violencia. La comunidad clama por una respuesta contundente que ataque el problema de raíz, y la actual situación plantea interrogantes sobre la capacidad de la administración para garantizar la seguridad en Chihuahua, una de las ciudades que se perfila entre las más violentas del país.