Miles de personas participaron el martes por la noche en varias ciudades del Reino Unido en marchas antirracistas, en rechazo a las violentas manifestaciones de ultraderecha que sacuden el país desde hace una semana.
Durante el día, las fuerzas de seguridad temían decenas de nuevas manifestaciones racistas e islamófobas y posibles actos violentos, en especial contra mezquitas y hoteles que albergan a migrantes.
Pero al final de la tarde, manifestantes antirracistas se congregaron en varias ciudades.
Miles de personas marcharon en el barrio londinense de Wolthamstow, donde se había anunciado una manifestación de extrema derecha.
Los manifestantes, liderados por activistas de la asociación Stand Up To Racism, corearon eslóganes como «¿De quién son las calles? !Nuestras!» y sostuvieron pancartas que decían «Stop a la extrema derecha» y «Refugiados, bienvenidos».
En Birmingham, en el centro de Inglaterra, cientos de personas se congregaron delante de un centro de ayuda a inmigrantes.
En imágenes grabadas se puede oír a los presentes corear consignas como «Digámoslo alto y claro, los refugiados son bienvenidos aquí». Algunos exhibían pancartas en las que se leía «El fascismo no es bienvenido».
También se organizaron manifestaciones en Bristol, en el oeste, o en Liverpool, en el norte, alrededor de un edificio de una asociación de ayuda a los solicitantes de asilo.
Igualmente, hubo concentraciones en Brighton, en el sur, en Sheffield y Newcastle, en el norte, y en Oxford, en el centro.
Desde hace una semana, Reino Unido es escenario de una serie de manifestaciones violentas convocadas, según las autoridades, por grupos de extrema derecha, después de que un ataque con cuchillo se cobrara la vida de tres niñas en una fiesta en Southport, en el noroeste de Inglaterra.
Los disturbios fueron atizados por rumores y especulaciones en internet sobre la identidad del sospechoso, falsamente presentado como un solicitante de asilo musulmán.
La policía informó, sin embargo, que el sospechoso era un joven de 17 años nacido en Gales y los medios británicos reportaron que sus padres eran ruandeses.
Al menos 378 personas fueron detenidas desde el inicio de los disturbios, según la policía.