El fenómeno de desapariciones en el estado ha migrado del occidente al noroeste, advirtió Gabino Gómez, del CEDHEM. Cuauhtémoc dejó de ser el principal foco, mientras que Casas Grandes muestra un repunte preocupante.
Aunque en Cuauhtémoc ya no se reportan largas ausencias, las víctimas suelen aparecer sin vida pocos días después. Este patrón, según Gómez, no indica mejora, sino un cambio en la forma en que opera la violencia.
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Actualmente, los casos más constantes provienen de Cazaderos y Casas Grandes. A pesar de la escasa información, se sabe que la incidencia en esa región sigue creciendo de manera sostenida, dijo el activista.
Un ejemplo reciente fue la desaparición de un conductor de Didi, también catequista, en el noroeste. El caso no fue denunciado formalmente ante el CEDHEM, lo que refleja el temor de muchas familias a buscar apoyo.
Gómez aclaró que el CEDHEM acompaña solo a quienes se acercan. Aunque no cuentan con cifras oficiales, los reportes y testimonios apuntan a una escalada preocupante de desapariciones en la región noroeste del estado.
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