Aunque resurgió con un triunfo de 1-2 ante Arabia Saudita, México acabó pagando su falta de gol en el Mundial hasta encajar su despedida más temprana en un torneo en 44 años.
La victoria del equipo de Gerardo Martino, que no vio puerta en el empate inicial ante Polonia (0-0) y la derrota ante Argentina (2-0), acabó siendo insuficiente por el lastre de la mayor sequía goleadora de su historia en los Mundiales.
México igualó lo hecho en el Mundial de Argentina 1978 cuando el «Tri» perdió todos sus partidos de la primera fase.
El equipo de Gerardo Martino no clasificó a los octavos de final, instancia a la que avanzó desde el Mundial de 1994, y dejó una floja imagen más allá del triunfo del que de nada sirvió. Empató 0-0 ante Polonia en su primera presentación, perdió 2-0 con Argentina y logró un triunfo insuficiente ante Arabia Saudita.
A pesar de tener una interesante camada de jugadores militando en clubes europeos como Hirving «Chucky» Lozano, Edson Álvarez y Andrés Guardado, quien podría haber jugado su último Mundial, Martino no les supo sacar provecho y mostró la misma imagen de inconsistencia que durante la eliminatoria de la Concacaf y en los partidos de preparación previos al Mundial.
Eso provocó infinidad de dudas y sensaciones negativas en la afición, por lo que el equipo llegó a Qatar presionado y con la consigna de mostrar un mejor funcionamiento y resultados para lograr la reconciliación.
Pero esos resultados nunca llegaron y la imagen de la selección y de Martino ante los aficionados se deterioró y seguramente empeoró tras la eliminación, con los aficionados ya exigiendo a gritos su salida.
El «Tata» también cargará en sus espaldas el revuelo que provocó en aficionados y medios el no haber convocado a Javier «Chicharito» Hernández debido a un tema de indisciplina, a pesar de que el máximo goleador de la selección mexicana atravesaba un buen momento con su club Los Ángeles Galaxy, y que quizás podría haber sido una solución a la falta de gol.