México dio un golpe de autoridad al vencer 4‑1 a Chile, logrando avanzar al quinto partido del Mundial Sub‑20, algo que no lograba desde hace décadas. En ese duelo, Tahiel Jiménez abrió el marcador, mientras que Iker Fimbres, Hugo Camberos (con dos goles) y Morales complementaron la ofensiva. Aunque Chile descontó al final con un gol de Juan Francisco Rossel, ya no fue suficiente para revertir el partido.
Durante la primera mitad, Chile presionó con fuerza, intentando sorprender, pero México resistió y sostuvo el dominio. En el segundo tiempo, el equipo mexicano floreció: controló el ritmo, generó jugadas de peligro constantes y consolidó la victoria con una defensa que anuló los intentos contrarios.
Este triunfo tiene un valor simbólico: pocos equipos juveniles de México han logrado avanzar tan lejos, y mirar hacia etapas decisivas en torneos de nivel mundial envía un mensaje de crecimiento. Ahora le espera un reto mayor: enfrentar a Argentina, uno de los países más exitosos en este certamen.
Argentina representará un escalón más alto, con trayectoria, historia y talento en categoría Sub‑20. México tendrá que mostrar carácter, solidez táctica y aprovechar sus momentos ofensivos para soñar con avanzar aún más.
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La afición mexicana se ilusiona, los jugadores levantan la moral, y la federación encontrará respaldo para reforzar proyectos juveniles con esta actuación. Este Mundial podría dejar lecciones importantes para el futuro del futbol nacional.
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