Seguro que usted ya se enteró de que el Poder Judicial concedió un amparo al influencer Max Kaiser por las difamaciones que sobre él ha vertido AMLO en sus cada vez más insufribles mañaneras.
Bien por él. Y bien, también, por todos aquellos que son blanco de los resentimientos y fobias de un personaje tan pequeño e inmaduro como López Obrador.
Con respecto al amparo, éste abre la puerta para revisar las responsabilidades de las autoridades cometidas durante las transmisiones de esos bodrios.
En el punto 3 del documento se lee que “no se justifica el uso de recursos públicos en la mañanera…”.
Esto implica que todos los segundos, minutos, horas que en ese espacio han sido utilizados para emitir opiniones personales, deberían sumarse y calcularse en costo comercial y ser pagados por quien las haya emitido y utilizado indebidamente, sin perjuicio de las responsabilidades de servidor público y las penas y compensaciones a los particulares y/o a la sociedad a que haya lugar.
Y eso es así de conformidad con la Ley de Responsabilidades de los Servidores Públicos, lo mismo que con los establecidos en la legislación penal.
Muy buenos abogados ampararon a Kaiser.
Ahora solo falta que AMLO pague lo que nos debe a los contribuyentes, al no justificarse el uso de recursos públicos no para informar, sino para usar el micrófono como si le hablara a su loquero.
Por dinero no hay problema. Recuerde que es El Rey del Cash.
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La Ciudad de México lleva ya más de cinco años sin fiscal.
O más exactamente, con fiscales espurios.
Ernestina Godoy usurpó el cargo sin reunir los requisitos pertinentes. Su título de licenciada en Derecho puede ser invalidado, toda vez que plagió párrafos y párrafos de la tesis que presentó a sus sinodales.
Y ahora Ulises Lara se consiguió uno de esos títulos “al vapor” en la primera semana de este 2024.
Godoy y Lara han ocupado y ocupan la titularidad de la FGJCDMX no sólo sin satisfacer el tener licencia para ejercer de abogado, sino además porque también exige “tener años de ejercicio profesional”, por lo que Lara, de todas formas, no cumple con los requisitos.
Al menos que hoy mismo saque un currículo donde ya se haya añadido que lleva algo así como 18 años al frente de su bufete Lara Abogados, donde la especialidad es sacar cerveza del bote.
Sólo así.
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No hay un solo asunto que ganen los fiscales o ministerios públicos bajo la tutela de Alejandro Gertz.
No hay juez que no les dé palo, ya porque sus carpetas están mal integradas, ya porque las investigaciones que aparentemente llevaron a cabo no son lo suficientemente claras, y hasta porque las pruebas de cargo y evidencias que presentan a sus señorías no son concluyentes de la comisión de este o aquel delito.
Sucedió otra vez, ahora con el caso de Juan Carlos García Rivera, acusado del delito de intervención ilegal de comunicaciones en agravio de la periodista Carmen Aristegui mediante el uso del software espía Pegasus.
El juzgador lo absolvió porque la FGR no presentó las pruebas suficientes y, además, porque era un testigo de oídas o referencial.
¿Son o se hacen los fiscales para proteger su Pegasus con el que siguen espiándonos?