Ciudad de México.- Si el caos provocado por el covid-19, que aún padece la humanidad, puso la vida de miles de personas de cabeza, puede que este escenario se vuelva a repetir, pero esta vez no será un animal como los murciélagos, las aves o los cerdos, la próxima pandemia será provocada por el derretimiento de los glaciales a causa del cambio climático.
De acuerdo con científicos que analizaron material genético de los sedimentos del suelo y del lago del lago Hazen, el lago de agua dulce del Ártico alto más grande del mundo, sugiere que el riesgo de propagación viral puede ser mayor cerca del derretimiento de los glaciares.
Lo anterior debido a que el incremento de las temperaturas globales provocarán que virus y bacterias encerrados en los glaciares y el permafrost desde hace miles de años, puedan despertar e infectar la vida silvestre.
En 2016 se registró un brote de ántrax en el norte de Siberia que mató a un niño e infectó al menos a otras siete personas y se cree que se debió a una ola de calor que derritió el permafrost y dejó al descubierto un cadáver de reno infectado.
Antes de esto, el último brote en la región había sido en 1941.
Especialistas de la Universidad de Ottawa en Canadá recolectaron muestras de suelo y sedimentos del lago Hazen, cerca de donde fluían cantidades pequeñas, medianas y grandes de agua de deshielo de los glaciares locales.
Posteriormente, secuenciaron el ARN y el ADN para evaluar la posibilidad de que estos virus infectaran grupos de organismos no relacionados.
Los resultados de la investigación, publicada en Proceedings of the Royal Society B, sugirió que el riesgo de que los virus se propaguen a nuevos huéspedes era mayor en lugares cercanos a donde fluyeron grandes cantidades de agua de deshielo glacial, lo cual se hace más probable a medida que el clima se calienta.
En tanto, otra investigación reciente ha sugerido que virus desconocidos pueden merodear, y lo hacen, en el hielo de los glaciares.
En 2021, investigadores de la Universidad Estatal de Ohio en Estados Unidos, hallaron material genético de 33 virus, 28 de ellos nuevos, en muestras de hielo tomadas de la meseta tibetana en China, los cuales tenían una antigüedad de aproximadamente 15 mil años.
Mientras que, en 2014, científicos del Centro Nacional de Investigación Científica de Francia en Aix-Marseille revivieron un virus gigante que aislaron del permafrost siberiano, y que volvió a ser infeccioso nuevamente por primera vez en 30 mil años.
Con información de: Excelsior.com.mx