La Organización Mundial de la Salud (OMS) advirtió que el sistema global de atención médica atraviesa una grave crisis de financiamiento debido a la caída en las donaciones y recortes presupuestales en varios países.
Según el organismo, más de 300 millones de personas en el mundo necesitan asistencia médica urgente, y miles de hospitales se han visto obligados a reducir sus servicios o cerrar.
La situación afecta principalmente a naciones con economías débiles, donde los programas de vacunación y atención preventiva han sufrido graves interrupciones.
La OMS considera que depender de aportaciones voluntarias de países ricos es un modelo insostenible, especialmente en tiempos de inestabilidad económica.
De continuar esta tendencia, millones de personas podrían quedarse sin acceso a medicamentos, atención materna o tratamientos para enfermedades crónicas.
Expertos señalan que la salud pública mundial está entrando en una etapa peligrosa, donde las desigualdades se ampliarán aún más entre países desarrollados y en desarrollo.
El organismo propone un sistema de financiamiento sostenible y compartido, que permita a todos los gobiernos aportar de manera proporcional a sus capacidades.
Varios países ya analizan incrementar sus aportaciones para evitar un colapso en los programas humanitarios y de respuesta ante emergencias sanitarias.
Para la población, la advertencia de la OMS es una llamada de atención sobre la fragilidad del sistema de salud global y la necesidad de prepararse ante futuras crisis.







