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El regidor de Morena en el Ayuntamiento de Chihuahua, Miguel Riggs, volvió a demostrar que, si existe un camino para el ridículo público, él no solo lo toma: lo pavimenta, le pone luces LED y lo recorre con banda en vivo. Y es que, cuando parecía que su lista de tropiezos ya estaba suficientemente surtida —desde la controversia por violencia de género, hasta su castigo de 30 días sin sueldo y el legendario “copiar y pegar” un reglamento ajeno como si fuera tarea de secundaria—, decidió agregarle otro capítulo a su saga personal: el duelo callejero en el estacionamiento del Alsuper Universidad.
Según se aprecia en un video que circula en redes, Riggs tuvo un altercado con otro conductor y, fiel a su estilo Adamesco, se bajó del vehículo con el pecho inflado y el ego más inflado aún, dispuesto a “cantarle un tiro”. Porque, claro, ¿qué mejor forma de representar a la ciudadanía que retar a golpes a quien te cierre el paso?
“Acá, hijo de tu pinchi madre”, se escucha decir al edil morenista, con una elocuencia digna de un diálogo descartado de película de barrio. El otro conductor, sorprendido ante semejante demostración de madurez política, también respondió molesto. Todo mientras el acompañante del ciudadano grababa el espectáculo, no vaya siendo que se pierda otra joya para la videoteca del despropósito público.
Con este episodio, Riggs confirma que su carrera política es básicamente un reality show sin guion y sin filtro, donde cada semana hay un episodio nuevo que compite por superar al anterior en vergüenza ajena. Si en algún momento se pensó que su mayor escándalo sería plagiar un reglamento de otro municipio, hoy queda claro que aquello fue apenas el aperitivo.
Mientras tanto, la ciudadanía observa incrédula cómo un representante popular, en vez de discutir iniciativas, fiscalizar administraciones o al menos aprender a redactar un reglamento propio, prefiere dedicarse al box callejero, al lenguaje florido y al caos vial.
La pregunta ya no es qué sigue para Miguel Riggs. La pregunta real es: ¿dónde se compra el pase VIP para ver el siguiente episodio? Porque, a este ritmo, el regidor está decidido a convertirse en leyenda… aunque sea en la categoría de vergüenzas públicas.






